Existe cierto consenso entre los analistas, aunque con algunas reservas, de que el férreo control de cambios (¡cepo a u$s200 por mes!) es una garantía de que gran parte de la esperada lluvia de pesos por venir quedará en los bolsillos y/o en los bancos. Claro que algo similar sostenían al referirse a que la gente ya estaba totalmente dolarizada y no quería más dólares. Sin embargo se llevaron más de u$s20.000 millones de las reservas del BCRA.
Lo cierto es que la tenencia de billetes y monedas en manos de la gente está en mínimos históricos. De modo que en virtud de esto es que se especula con que, dada la existencia del cepo, la gente no tendrá más remedio que aceptar tener más pesos. Sin duda una apuesta arriesgada. Que seguramente se develará entre fines de enero y comienzos de febrero, cuando empiecen a volver los pesos al sistema. O sea, cuando la gente se saque los excedentes estacionales de pesos de encima. De todas maneras algo puede comenzar a verse a fin de año, tanto vía precios como en el dólar blue.
En este contexto y al analizar los números del BCRA también vale acotar que el problema de las Leliq no se diluyó. Es un mito lo que sostienen algunos que la bomba se desactivó. Porque el stock de deuda del BCRA sigue por encima de los $1,194 billones, algo así como el equivalente a u$s19.000 millones. Ya que gran parte de la tenencia de Leliq pasó a engrosar el stock de Pases en el BCRA. Hoy hay $814.000 millones en Leliq y $380.000 millones en Pases. Cierto es que el costo de las Leliq es mayor dado que pagan 63% anual frente a los Pases que rinden 55% anual. Pero los Pases son a un día de plazo, o sea, cada noche se renuevan mientras que las Leliq son a una semana de plazo. Para tener una idea del costo de esto, basta con señalar que hasta el momento el BCRA tuvo que pagar $640.582 millones en concepto de intereses. Esto al día de hoy sería equivalente a más de u$s10.000 millones. O sea, seis veces lo que planea el próximo gobierno inyectar para reactivar el consumo a fin de año.
Al respecto cabe señalar que en noviembre pasado la base creció fundamentalmente vía encajes porque la circulación monetaria apenas aumentó 0,6% promedio mensual (y 5% punta a punta). Es decir que el público mucho pesos de más no quiere, los necesarios para afrontar los mayores gastos vía inflación.
Otro tema a tener en cuenta es que si bien el BCRA compró u$s2.202 millones solo incrementó las reservas en u$s512 millones. El resto se fue por pago de deuda del Tesoro.