Alberto Fernández ganó en primera vuelta: será el presidente de una Argentina polarizada y en crisis
La fórmula del Frente de Todos Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner celebraron el triunfo. Macri sacó poco más del 40% y no le alcanzó para forzar el balotaje. Este lunes se inicia la transición con un desayuno en la Casa Rosada.
Los Fernández asumirán una pesada herencia, un país polarizado, con una economía en crisis. La senadora regresa a la Casa Rosada desde la Vicepresidencia, luego de dos períodos como Jefa de Estado. Alberto logró unificar a diversos sectores de la oposición para alcanzar el triunfo, pero no tendrá mayoría en el Congreso. Ahora, se comienzan a definir los nombres del futuro gabinete nacional.
La hora de los discursos y las transiciones
Pasadas las 21 se vivieron momentos de alegría y festejos en el búnker del FdT, ubicado en el barrio porteño de Chacarita. A las 23 hablaron los ganadores. “Con Macri empezaremos a ver el tiempo que queda, sabiendo que él es el presidente hasta el 10 de diciembre. Vamos a colaborar en todo lo que tengamos que hacer para que los argentino no sufran más”, enfatizó Alberto en su discurso.
“Ojalá que los que serán opositores sean conscientes de lo que dejaron y nos ayuden a reconstruir el país en cenizas que nos dejaron, que sean capaces de entender que la Argentina que viene necesitará el esfuerzo y el compromiso de todos”, agregó.
Cristina le reclamó a Macri “tomar todas las medidas que sean necesarias para aliviar la dramática situación” actual y que ejerza su responsabilidad para “cuidar el patrimonio de todos los argentinos”.
Los otros candidatos presidenciales tuvieron magras performance y no pudieron romper la polaridad entre los dos principales postulantes. Roberto Lavagna (Consenso Federal) sacó 6,17%; Nicolás Del Caño (FIT) un 2,13%; Juan José Gómez Centurión (NOS) 1,71% y José Luis Espert (Despertar) un 1,47%.
Los votos afirmativos superaron los 23,2 millones. Los blancos, que no son tomados en cuenta en las elecciones generales, sumaron unos 325.000 (1,36%), mientras que los nulos fueron poco más de 200.000 (0,88%), mientras que los recurridos alcanzaron los 26.000 (0,11%).
En la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof se impuso a María Eugenia Vidal por más de 13 puntos porcentuales: 52% versus 38,6%. “Gracias a todos los que hacen que Juntos por el Cambio hoy siga siendo una alternativa”, dijo la gobernadora saliente. “En los próximos días esperamos empezar una transición democrática como corresponde”, agregó. Kicillof anunció que “se viene una etapa de reconstrucción de la Provincia”.
En la Ciudad, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta eludió el balotaje al sacar un histórico 55% frente a un 35% de Matías Lammens. Es la primera vez que en la Capital Federal un mandatario gana en primera vuelta. “Gracias a los vecinos que hoy nos acompañaron con el voto y nos da una energía enorme y gracias también a los que no nos votaron que nos dan un mensaje de que siempre podemos mejorar”, afirmó Larreta. Lejos, con 5,4% quedó Matías Tombolini, de Consenso Federal.
Un alto nivel de participación en las elecciones 2019
A pesar de las denuncias de robo de boletas y otras irregularidades menores, la elección se desarrolló con normalidad en todo el país. La Cámara Nacional Electoral informó un alto nivel de participación, que calculó en 83%, similar a las generales de 2015, que fueron de 81%.
En las PASO Alberto y Cristina obtuvieron unos 12,2 millones de votos (47,8%) frente a los 8,1 millones (31,8%) de Macri y el senador Miguel Ángel Pichetto.
El próximo Gobierno deberá afrontar una economía en crisis
Desde el 12 de agosto las reservas brutas cayeron casi más u$s22.000 millones; el Banco Central desembolsó unos u$s7.500 millones para intentar controlar al dólar, que el viernes llegó a $65; se acumuló una inflación de más del 10% en tres meses (más de 50% anual) y el PBI cayó el 3,5%.
La futura administración también deberá afrontar los compromisos de la deuda, con una inevitable renegociación del acuerdo con el FMI y los acreedores privados. A esta herencia se suman elevados niveles de pobreza e indigencia, una alta tasa de desempleo y una fuerte recesión. Todo un desafío para el ganador de los comicios.