A medianoche el BCRA emitió una comunicación en donde se ajusta más el cepo. La restricción pasa de u$s 10.000 a u$s 200.

Economía

Pasada la elección, el BCRA endurece el cepo: se podrán comprar hasta u$s200 por mes

A medianoche el BCRA emitió una comunicación en donde se ajusta más el cepo. La restricción pasa de u$s 10.000 a u$s 200.

Al parecer, en el BCRA primó el temor a quedar a expensas de una aceleración en la sangría de las reservas. Así, ante rumores de feriados y otros artilugios, anoche el ente monetario decidió casi pulverizar el límite para comprar dólares para atesorar a sólo u$s200 mensuales (antes, u$s10.000). “Ante el grado de incertidumbre actual, el BCRA decidió tomar una serie de medidas que buscan preservar las reservas. Las medidas anunciadas son transitorias hasta diciembre”, explicó el directorio. El nuevo cepo establece ahora un límite de u$s200 mensuales a la compra de la divisa para personas físicas con cuenta bancaria y de u$s100 para ser comprados en efectivo. Estos límites no son acumulativos.

Todo indica que el Central se inclinó hacia las recomendaciones de su flamante asesor contratado semanas atrás, Jorge Rodríguez, exgerente general de Vanoli y experto en normas de exterior y cambios del BCRA y artífice del cepo K, en la reimplementación de éste para atemperar la pérdida de reservas. Vale recordar que el mes pasado la compra neta promedio fue u$s2.500 y el 70% compró hasta u$s1.000. De modo que u$s200 es casi simbólico.

¿Qué harán hoy los ahorristas, inversores, empresas, bancos y fondos de inversión tras los resultados de ayer? Es la pregunta del millón. Ya que sobre el cierre de la semana pasada se especuló con el advenimiento de viejas prácticas, como implementar feriados cambiarios. Anoche, desde el BCRA, aseguraban que no se estudiaba ninguno. En las actuales circunstancias lo mejor, para el país, es despejar los nubarrones y no hacer olas. Esto, claro, es responsabilidad del Gobierno y de la oposición triunfante. Pero dado el conflicto de intereses reinante entre ambas fuerzas políticas, nada indica que la transición será sin sobresaltos. Menos, luego de los discursos de anoche. Sólo se zanjó el intríngulis de tener que sobrevivir hasta un balotaje. Pero todavía falta transitar poco más de 40 días hasta la entrega del poder.

Al BCRA le quedan u$s43.503 millones de reservas brutas. La semana pasada perdió u$s3.383 millones y en lo que va de octubre, u$s2.110 millones. En septiembre perdió u$s10.597 millones y desde las PASO u$s22.806 millones. El Gobierno de Cambiemos no quieren irse en crisis. Por lo que no debería verse un tipo de cambio oficial muy lejos del actual. Pero ante el nuevo cepo sin dudas el dólar blue y el “contado con liquidación” serán la caja de resonancia a monitorear. Vale señalar que aún hay u$s20.600 millones de depósitos privados en dólares (el Tesoro tiene unos u$s2.300 millones) en el sistema financiero. De modo que todavía hay mucha tela para cortar. Encima, siguen cayendo vencimientos en el limbo de la deuda pública reperfilada y sin reperfilar. El viernes, por ejemplo, vencen $15.000 millones de Lecap. Pero en noviembre caen Letes en dólares. El BCRA cerró el grifo del atesoramiento, pero el de los argendólares sigue abierto. Es clave que no haya corridas ahí.

A la vista de los resultados de ayer, la reacción del mercado, que ya descontó el triunfo de Alberto Fernández y Cristina de Kirchner, no debería ser ni de furia ni descalabro. Salvo que, tras el desayuno de hoy entre Macri y Fernández, salgan sacándose chispas, o desde la oposición surja algún disparate. El BCRA prefirió no esperar la apertura de hoy para ver cómo digería el mercado los resultados, que para Macri fueron mejores de lo esperado. Además, Rodríguez Larreta aseguró el bastión del PRO en Capital, eliminando el temible escenario de balotaje y el futuro Congreso garantiza cierta estabilidad, en términos de que nadie accede al control absoluto. Todo deberá ser negociado. Por lo tanto, de no mediar ninguna sorpresa, los mercados tendrían que transitar estas jornadas con las idas y vueltas de todo cambio de gobierno. Este sería el escenario, casi ideal, pero como no hay experiencia ni legislación de transición de mandatos democráticos, hay que rezar por la serenidad y racionalidad de ambos.