El banco de inversiones Morgan Stanley decidió mantener a la Argentina como mercado emergente. La Argentina en 2018 fue ascendida de la categoría de mercado de frontera a mercado emergente donde comparte este lugar con países como Brasil, Chile, Colombia, México y Perú entre otros.
Es un alivio para el Gobierno mantener este status dado que le permite ante un posible escenario de arreglo de la deuda una mayor probabilidad de recuperación de corto plazo.
Es que los grandes fondos de inversión pueden invertir sólo un pequeño porcentaje de sus tenencias a los países considerados de frontera. Pero pueden invertir más si el mercado es catalogado como emergente. Esto quiere decir que, por mantener la “categoría”, habrá más dinero del exterior dispuesto a entrar a comprar acciones y bonos argentinos.
Ante el escenario hipotético de arreglo de la deuda y la actual y real calificación como mercado emergente, la Argentina tiene la enorme posibilidad de afianzar una recuperación post pandemia incluso con los problemas que hoy tiene.
El problema en todo caso, no se presentaría por cómo nos califiquen desde el exterior sino todo lo contrario, sino por cómo el gobierno organice los recursos del Estado y arbitre la economía.
La Argentina tendrá el desafío de aquí a fin de año, de mejorar la accesibilidad al mercado de capitales, permitiendo además que las personas físicas puedan acceder al mundo bursátil de manera asequible. El país debe canalizar el ahorro de millones de argentinos en inversión productiva para crecer los próximos años y el mercado de capitales es el mejor lugar para hacerlo.
Mermar los controles y mejorar los incentivos es el camino deseable, en un mundo volátil y con una economía en crisis. Será de una enorme dificultad pero también de una enorme audacia.