La reunión que el presidente Alberto Fernández mantendrá este jueves con el papa Francisco en el denominado estudio papal del Aula Pablo VI se enmarca en un momento de avances y definiciones de la serie de reformas que el pontífice argentino viene impulsando desde su entronización en 2013.

El encuentro que se hará en el estudio conocido dentro del Vaticano como “Il Fungo”, el mismo en el que el pontífice recibió, por ejemplo, al entonces presidente cubano Raúl Castro en mayo de 2015, se da en momentos en que la Santa Sede espera para el mes próximo la ansiada nueva Constitución apostólica que está escribiendo Francisco, titulada “Prediquen el Evangelio”.

Entre las novedades de la nueva Constitución estará la creación de un nuevo "súper ministerio" dedicado a la Evangelización

Entre las novedades de la nueva Constitución estará la creación de un nuevo “súper ministerio” dedicado a la Evangelización

 

Una constitución nueva para el Estado Vaticano

La nueva carta magna, con la que el Papa reemplazará a la vigente “pastor Bonus”, promulgada en 1988 por san Juan Pablo II, dará rango constitucional y plasmará en lenguaje canónico muchas de las iniciativas que ha impulsado el Papa en su pontificado, como la creación de nuevos organismos y la renovación de legislaciones sobre algunos temas.

Así, según plantearon a Télam fuentes al corriente de la redacción, entre las novedades de la nueva Constitución estará la creación de un nuevo “súper ministerio” dedicado a la Evangelización, que concentrará diferentes oficinas vaticanas, al tiempo que incorporará con rango máximo toda las disposiciones emanadas por el Papa para luchar contra la pederastía y contra el encubrimiento de los delitos sexuales de parte del personal religioso.

Mayor transparencia y austeridad

Más allá del contenido de la nueva Constitución, que podría ver la luz el 29 de junio, otro aspecto sobre el que el Papa ha puesto énfasis puertas adentro de la Santa Sede es un mayor control y transparencia sobre las finanzas vaticanas.

Francisco reemplazará a la vigente "pastor Bonus", promulgada en 1988 por san Juan Pablo II,

Francisco reemplazará a la vigente “pastor Bonus”, promulgada en 1988 por san Juan Pablo II,

Francisco ha creado, en esa línea, una poderosa secretaría para la Economía en la que ha concentrado el manejo de los millones de euros que cada año pasan por el Vaticano y que de forma cíclica aparecen vinculados a escándalos por mala gestión que Jorge Bergoglio busca combatir desde el inicio de su magisterio.

Así, una de las decisiones más firmes del Papa fue haber quitado en noviembre pasado el manejo de gran parte de las finanzas de la Santa Sede a la secretaría de Estado para dárselo a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el ente que encabeza el cardenal italiano Nunzio Galantino. La decisión se aceleró luego del escándalo financiero por la compra de inmuebles en Londres por más de 200 millones de euros que terminaron con la remoción del cardenal Angelo Becciu y con otros seis funcionarios vaticanos investigados.

Finanzas

Al mismo tiempo, en agosto pasado, Francisco designó al laico español Maximino Caballero Ledo como secretario general de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede, en otro paso más en su intento de sanear las finanzas del Vaticano.

Con un largo recorrido en el mundo de las finanzas en Estados Unidos, Caballero Ledo tendrá a cargo la coordinación del organismo que centraliza todas las instituciones económicas vaticanas, incluido el banco IOR y la inmobiliaria APSA, que tiene un patrimonio de más de 3.000 millones de euros en propiedades por todo el mundo.

En ese marco, el Vaticano espera los resultados de una revisión del ente europeo contra el lavado de dinero Moneyval, con la que espera salir de la lista de países caracterizados dentro de la denominada “lista gris”.

Cardenales

Otro capítulo central de las reformas, de más largo plazo, son los distintos cardenales que Francisco ha creado desde su elección: un total de 95 purpurados con los que Bergoglio viene diseñando de hecho el cuerpo electoral que deberá elegir a su sucesor con una óptica diametralmente opuesta a la de sus antecesores.

Desde 2013, Francisco ha designado a 18 cardenales provenientes de países que jamás en su historia habían contado con un purpurado en la Santa Sede, muchos de estos de naciones en desarrollo, como hizo en 2020 con los nuevos representantes de Ruanda y Brunei, y antes con Cabo Verde, Haití y Tonga, entre otros.

Con los cardenales que ha creado, que en 2020 incluyeron también al primer estadounidense afroamericano de la historia, el arzobispo de Washington Winston Gregory, 73 de los 126 purpurados que actualmente están condiciones de votar en un eventual conclave por tener menos de 80 años fueron creados por Francisco.

Así, tras los ocho consistorios que encabezó el Papa, ya son 68 países los países representados en el colegio cardenalicio, un 25% más que los 52 presentes en 2005. En ese marco, los cardenales de países en vías de desarrollo de distintas regiones pasaron a fines del año pasado a tener un 46% de representación frente al 37% que alcanzaban antes de la elección del exarzobispo de Buenos Aires en 2013.