“Estamos trabajando muy bien en coordinación con el gobierno nacional”, sostuvo el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y añadió que “todas las normativas” de ambas jurisdicciones “fueron consensuadas antes, coordinadas y conversadas”.
“Cada uno de los gobernadores trazará ante el Presidente un diagnóstico no solo sanitario, sino también económico, porque esta emergencia conlleva una dramática situación de la economía real, con impacto en el sector privado en general y en el turismo”, anticipó un estrecho colaborador de un mandatario norteño. Y agregó: “Sin dudas se pedirá a Nación colaboración y ayuda para encarar un trabajo articulado y un aporte económico para salir de esta crisis”.
Mientras tanto, más provincias se sumaron en las últimas horas al cierre de fronteras que ya efectivizaron oficialmente Mendoza, Chubut, Jujuy, Salta, La Rioja, Tierra del Fuego y Chaco. Santa Fe y Santiago del Estero, por caso, adhirieron a esa medida precautoria que, en rigor, sólo alcanzará los puntos de contacto con Chaco, que dispuso el aislamiento domiciliario obligatorio de la población por un presunto caso de coronavirus autóctono.
El gobernador santafesino, Omar Perotti, anunció que trabajará en forma coordinada con el gobierno de Capitanich en el cierre de las fronteras entre ambas provincias mientras que “en el resto de los límites de la provincia se mantendrá la libre circulación”.
“Colaboramos en el cierre de la frontera con la provincia del Chaco, a partir de la probabilidad de la circulación viral en el territorio chaqueño”, anunció en rueda de prensa Perotti.
En tanto, el santiagueño Gerardo Zamora, anunció a través de las redes sociales el “cierre” de la frontera con la provincia de Chaco, y especificó que la medida tiene “como prioridad la prevención en resguardo de los santiagueños”.
Tierra del Fuego, por su parte, acordó con el Ministerio de Transporte una excepción a la suspensión de los vuelos de cabotaje, que comienza a instrumentarse desde este sábado y hasta el miércoles 25, merced a la situación geográfica que hace que ese distrito dependa para su abastecimiento de la llegada de servicios continentales.
El resto del país sigue, mientras tanto, bajo un virtual “estado de sitio”, a la espera de que se normalice la situación desatada por el avance de la enfermedad. Un plazo sin tiempo cuyas consecuencias aún resultan inimaginables.