Ciudad del Vaticano (AICA): Durante la Audiencia General de esta mañana en el Aula Pablo VI, un niño argentino irrumpió en el escenario para saludar al papa Francisco y a los guardias suizos. El Santo Padre se sonrió y le dijo a su madre: “Si quiere jugar acá, dejalo”, y luego se permitió una reflexión sobre la libertad de los hijos de Dios.

Al concluir la catequesis de cada miércoles, mientras se emitían los agradecimientos a las delegaciones presentes, un niño argentino irrumpió en el escenario del Aula Pablo VI, para sorpresa de todos los presentes. Allí le besó la mano a un guardia suizo, saludo al papa Francisco, y se quedó por un rato jugando en el escenario.

Se trató de Wenzel Wirth, de 6 años y con un autismo grave, de familia italo-argentina. Al acercarse su madre con intención de llevarse al niño, el Papa se sonrió y le dijo: : “Si quiere jugar acá, dejalo”. Luego se volteó hacia el arzobispo Georg Gaenswein, y le dijo sonriendo: “Es argentino, indisciplinado”.