Alberto Rodríguez Saá: Estoy preocupado. Con la mirada puesta en la Argentina, en el mundo, en la región. Dolido con lo que pasa en Brasil. En San Luis también estamos cerca de Chile. Son momentos recontra difíciles. En San Luis empezó muy mal, porque se multiplicaban los casos día a día hasta llegar a once, según los registros nacionales. Todos tienen el alta hospitalaria, o sea que en este momento no tenemos el virus circulando ni activo. Podemos decir, entre comillas y con mucho miedo, que estamos libres de coronavirus, al igual que otras provincias. Pero esto no nos hace bajar la guardia; tenemos una gran preocupación y una enorme debilidad, que es lo que le decimos la triple frontera. Nosotros tenemos al corredor bioceánico donde hay una gran circulación de camiones de Brasil, camiones uruguayos, paraguayos, chilenos y, por supuesto, de Buenos Aires y provincias que tienen circulación del virus.
P: ¿Cómo se controla esa situación?
A.R.S.: Por supuesto, de ninguna manera podemos obstruir el paso. Tenemos que ser facilitadores. Los encapsulamos, literalmente. Los ayudamos a trasladarse desde una punta de la frontera a la otra para que crucen por San Luis. Si tienen que hacer carga y descarga, tenemos la zona de actividad logística donde lo pueden hacer. Si el camionero tiene algún inconveniente, lo solucionamos. Si quiere dormir en San Luis, puede dormir en las zonas que tenemos predeterminada. En la ruta 7 y en la ruta 8 estamos tratamos de defendernos para que no entra el virus a San Luis. El otro problema son los que están en el extranjero y vienen a San Luis. Ahí tenemos bastantes inconveniente porque no están buenos los protocolos. De golpe aparecen, nos dicen tres o cuatro días antes que han llegado a Ezeiza. Nosotros lo llevamos a una residencia en la Universidad de La Punta, donde es tratado magníficamente durante 14 días. Pero nos ha pasado ya dos veces, que muy improvisadamente quedan liberados cuando llegan a Ezeiza y los que tienen que venir al interior los suben a un colectivo que los lleva por todo el país. Entonces terminan llegando cerca de 48 horas después, y han pasado por varias provincias. De Tucumán dos veces nos han avisado que habían bajado pacientes con coronavirus. Por supuesto, que los que llegan están en cuarentena y con un cuidado especial, pero son un contacto estrecho con un contagiado por una desprolijidad de los protocolos. Tenemos que ser más prudentes. Después, estamos tratando de flexibilizar lo más que podemos. Hay clases virtuales al cien por cien de la primaria, secundaria y universidades. Están funcionando a pleno el Poder Legislativo, el Poder Judicial. El Poder Ejecutivo y las intendencias, con la emergencia y las guardias necesarias.
P: ¿Y las actividades económicas?
A.R.S.: El 100% del campo está trabajando. De las industrias, yo diría el 80, tirando al 100. En San Luis es importante el tema industrial. Arcor está en San Luis y exporta alimentos y golosinas. Y está normalizado el comercio, los servicios profesionales, algo del deporte. Y en la cultura hemos dado un paso bonito. En la Villa de Merlo había quedado anclado un circo. Entonces se hizo un protocolo. Lo autorizamos con el intendente de Merlo, que es opositor nuestro y sin embargo trabajamos juntos, y el circo dio una función para unos 40 autos.
P: ¿Fue un paso inicial hacia la vuelta de los autocine?
A.R.S.: Claro, nosotros los hemos habilitado. También los autoteatros. Yo lo pongo en nota humorística: por primera vez en mi vida hablé con el dueño del circo.
P: Mencionaba que tienen a la industria prácticamente al cien por ciento. ¿Eso cómo se traduce en el grado de actividad que tiene hoy la economía en la provincia? ¿Cuándo piensan que se puede llegar a normalizar esa situación?
A.R.S.: La actividad productiva está en vías de estar al cien por cien, con los enormes inconvenientes que puedan tener con los insumos o con algún servicio de alguna provincia que esté en este momento cerrada por los problemas de la pandemia. Cada vez se va a ir normalizando más. En cada provincia se está focalizando el problema. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, el conurbano está con grandes inconvenientes por la densidad de población y la proximidad con la ciudad de Buenos Aires. Y sin embargo, el resto de la provincia, la mayoría de los municipios, no tienen casos. Lentamente se va a relacionar la economía para que el país pueda trabajar a pleno.
P: ¿Cómo ve la situación productiva del país?
A.R.S.: Hoy las economías en el mundo están cerradas. Cada país se mira para adentro y busca el autoabastecimiento y solucionar los problemas por sí misma. También se le puede llamar economía de guerra. Entonces, en vez de producir manteca, como decía Samuelson, producen cañones. En esta economía cerrada, nosotros tenemos que producir alimentos y los insumos que necesita esta pandemia. Nuestra industria metalúrgica tendría que estar produciendo en este momento respiradores. Esto es el abecé. Nosotros tenemos la tecnología, de los aviones en la aviación y la industria militar. También tenemos la inteligencia suficiente para producir software que controla el respirador. Un respirador cuesta cerca de 150 mil dólares.
P: En Argentina hay un tema adicional, que es la necesidad de divisas por los compromisos que tiene el país. Y, en ese sentido, usted es el único gobernador que no ha firmado el apoyo a la renegociación de la deuda…
A.R.S.: Me dejan solo (risas)… pero si tomamos la teoría de la deuda que tomo yo, ya no necesitamos tantos dólares. Los ministros de Economía suelen ser, digo yo, los ministros del dólar. Piensan en el dólar y en la ciudad de Buenos Aires. Pero el país quiere un ministro de Economía. Que piensen en el agro, en la agroindustria, en la industria, en la revolución de la inteligencia, en la robótica. Necesita un Ministro de Economía. Estamos acostumbrados al ministro del dólar: y cuánto va a estar el dólar y qué pasa con el dólar y qué va a pasar con la deuda. Bueno, entonces ahí estamos. Abismales diferencias. Llamémosle una mirada estructuralista o economía planificada y una mirada monetarista. O la mirada neoliberal. Son miradas distintas sobre la deuda externa.
P: ¿Cuál es su mirada, entonces?
A.R.S.: Que es una deuda odiosa. Lo dice una doctrina económica que últimamente en la universidad argentina no se quiere estudiar. La escribió Alexander Sack, y es una doctrina internacional importante, de las que alumbran el mundo y la humanidad. La deuda es odiosa cuando no da beneficio al pueblo. O es contraída por una dictadura. Y varios condicionantes más. Como dice nuestra Constitución, la deuda externa debe ser arreglada por el Congreso. Nunca se arregló por el Congreso. Y siguen los “o”: O cuando no hay ninguna obra que la acredite, o cuando la plata entró y salió en un segundo y no se sabe dónde está. Cualquiera de esos puntos la califica como odiosa. En la Argentina. no hay una alcantarilla por la deuda externa. ¿Qué se hizo con la plata? No hay una vereda. No hay un hospital, no hay una escuela. No hay una universidad, un estadio de fútbol. Nada se ha hecho con la deuda externa, no existe. Entró y salió esa deuda odiosa.
P: Gran parte de esa deuda fue utilizada para cubrir el gasto corriente del Estado
A.R.S.: Lo dice la doctrina Sack: no es deuda cuando es para cubrir el déficit del Estado. Vamos a citar un caso que es interesante. La deuda externa que adquirió Europa en el Plan Marshall, el plan de reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial. Reconstruyeron Europa con 10 mil millones de dólares. Después dicen que fueron 20. Vamos a poner 20. Algunos dicen 30. Vamos a poner 30. Nosotros debemos 350.000 millones, y no se construyó nada, nada.
P: Y a dónde fue esa plata.
A.R.S.: El ámbito en que se genera la deuda externa, cuando se arman esas reuniones, es la máxima corrupción. Inimaginable.
P: ¿Su posición entonces es no reconocer la deuda?
A.R.S.: No, no es así. Hay un procedimiento que lo establece la propia doctrina. Nosotros hemos prorrogado la jurisdicción. Se llama la deuda externa, se dice deuda soberana. Y nosotros para resolver la deuda externa hemos cedido la jurisdicción de nuestra Corte Suprema a un juez de Nueva York. Eso es inconcebible. Cuando llegó el tema en el año 2007 y 2008, cuando apareció el juez Griesa, no se hablaba de otra cosa, ¿ustedes recuerden cómo la economía argentina dependía de lo que dijera el juez Griesa? Vamos a imaginar un país serio que su ministro de Economía no esté esperando el fallo de un juez.
P: ¿Y usted qué propone?
A.R.S.: Hay que mirar la deuda. Primero Argentina debe tomar la doctrina Sack. La deuda odiosa no significa que llamás por teléfono y se terminó. Por ejemplo, el discurso de una persona que lleva mi apellido, Adolfo Rodríguez Saá, en el Congreso fue malinterpretado. Nunca dijo default, no se paga la deuda externa. Dijo en ese momento: la deuda externa pasa a ser revisada por el Congreso, como dice la Constitución. Significa que se abren los libros de la deuda externa para que el Congreso decida. Miren qué distinto a la interpretación “provocó el default, se levantaron a aplaudir”. Se aplaudió el respeto a la Constitución. Entonces, primero se arregla. Se mandan los libros para mirar. Ahí va a aparecer lo que se debe y lo que no se debe. Lo que es odioso y lo que no es odioso. Si en su composición hubiera una deuda por los respiradores, esa deuda sin duda se debe pagar. Después los bonos de la deuda deben ser nominativos. Nombre y apellido. Porque también puede haber lavado de dinero con la deuda externa y puede haber grandes delitos. Es un ámbito de corrupción enorme. Estás hablando de 350.000 millones de dólares. Supongan que estuvieran en una sola mano. Estamos hablando de una persona o un grupo económico que tendría que estar en la lista de la revista Forbes. Si un presidente logró duplicar la deuda en un período de gobierno y no se sabe dónde está la plata … eso es un ámbito de corrupción enorme.
P: También cuestionó el manejo de la deuda durante el periodo anterior a Macri, durante el kirchnerismo.
A.R.S.: Sí, claro que sí. En este sentido, porque no estoy de acuerdo en cómo se ha manejado la jurisdicción, y en los bonos que se hicieron borrando la causa. Llamémosle… Lavagna. No estoy de acuerdo. La diferencia es enorme. La mayor preocupación de la deuda externa es de los argentinos. El Fondo Monetario está salvando su responsabilidad, sabe que estaba haciendo una deuda odiosa.
P: Usted también es acreedor del Gobierno Nacional por una deuda que reclamó durante todo el gobierno de Macri, ¿en qué estado está ese pago?
A.R.S.: Y… yo llamo por teléfono y no me contestan, cambian de tema. Tengo una paciencia infinita, pero es muy injusto, muy injusto. Cada vez se nos castiga más en ese sentido. Ahora estábamos con buen diálogo y esperemos que el Gobierno en algún momento se preocupe por pagarnos la deuda. Somos prudentes por la pandemia, queremos ser absolutamente solidarios con todos los estados provinciales, municipales. Nos conmueve lo que está pasando y estamos preocupados.
P: ¿Cuál es el monto actualizado?
A.R.S.: Habría que ver cómo están las tasas pasivas, pero será cerca de 30.000 millones de pesos. Y hay en la Corte, unos 30.000 millones más. O sea que aproximadamente 60 mil millones al mes de la pandemia.
P: ¿Cómo definiría hoy en términos políticos su relación con el Gobierno Nacional?
A.R.S: Excelente. Si no firmé la renegociación es porque pienso así. Tampoco se puede enojar el Gobierno, porque esa es mi posición sobre la deuda externa.
P: En su momento también fue el único gobernador que no firmó el Pacto Fiscal durante el gobierno de Macri, si bien después se sumó Carlos Verna, quien no lo ratificó en su legislatura.
A.R.S.: En ese momento les dije: Ustedes no saben gobernar, están haciendo las cosas mal. Me costó una enorme sanción. Aparte de que te persigue, te ponen en la lista negra. Es muy cruel el poder central, habla nada más que de lo que quiere y las provincias, afuera. Para las provincias era absolutamente perjudicial. Nos quitaba las atribuciones para los impuestos internos. Nosotros teníamos que preguntar a la Nación qué impuestos, qué monto y en qué condiciones. Más unitario que eso no existe. Quitarle atribuciones del sistema financiero, de financiamiento de la provincia. ¿Quién se cree la Nación para quitarle las atribuciones y cobrar impuestos a la provincia? ¿Pero dónde está eso? Se luchó toda la historia argentina por eso
P: ¿No cree que permite crecer a las provincias?
A.R.S.: Pongan el crecimiento económico, social, de salud, de la educación de las provincias y pongan a la Nación comparativamente. El crecimiento es enorme, lo que han hecho las provincias con sus propios medios y con sus propias decisiones. Es impresionante. La provincia de Córdoba ahora está trabajando sobre el plasma y produciendo los respiradores. La ciudad de Buenos Aires, donde se concentra el mayor poder económico, no produce nada. Yo no vi plantación de soja, ni plantaciones de maíz ni fábricas de nada. Lo que sí hay son talleres clandestinos de explotación. Si usted decide que sea la ciudad de la inteligencia… pero deje que los demás sean la ciudad de la producción y la industria.
P: Antes decía “una persona que llevaba mi apellido”. ¿Cómo está la relación con su hermano después de haberlo enfrentado las elecciones el año pasado?
A.R.S.: Es un senador por San Luis, por la edad que tiene y la enfermedad de base que tiene, lo cuidamos. Estamos preocupados por cuidarlo y eso es lo único que nos relaciona. Por lo demás, es opositor y hace declaraciones permanentemente en oposición al gobierno de la provincia.
P: ¿Y su relación con la actual vicepresidenta Cristina Kirchner? Cuanto ella era presidenta, usted no tuvo una buena relación.
A.R.S.: A los medios nacionales, que les encanta poner títulos, tarjetas, carátulas y todo, a mí me hace figurar como kirchnerista. No fui, no soy, ni seré kirchnerista. Ni menemista, ni ninguna de las reducciones del pensamiento peronista. Yo soy peronista del hermoso y maravilloso hecho del 17 de octubre y la Constitución del 49. No soy kirchnerista, y con Cristina, cuando ella era presidenta, nunca me llevé bien. Me ha olvidado ¿Por qué? ya me olvidé. Estuvimos juntos en el Frente de Todos con una respetuosa relación y ahora mantenemos esa respetuosa relación, que será un llamado telefónico si es necesario, una vez cada tres meses.
P: ¿Quién expresa hoy ese peronismo?
A.R.S.: Es más amplio, el peronismo acepta los desafíos de cada tiempo, y Perón tomó el problema de la deuda externa como eso: como un problema de los argentinos. El peronismo acepta la era digital, la era de la robótica, la necesidad de un traspaso generacional. Nunca hemos podido dirimirnos en una interna en el partido para ver quién está en una posición así.
P: Se postergó la renovación de autoridades en el PJ…
A.R.S.: Se pasó para septiembre. Yo creo que lo va a tener que postergar aún más. Se requiere condiciones para que pueda haber varias listas. Ahora con la pandemia se hace difícil. Yo creo que para que haya varias listas hay que aceptar que se pueda presentar cualquiera, con un padrón abierto. A mí me encantaría que hubiera posibilidades de que hubiera una lucha de ideas en una interna. Eso sería muy bueno, porque permitiría una gran actualización del partido
P: Muchas voces en el PJ creen que no debería haber interna y buscan que el Presidente encabece una lista de unidad…
A.R.S.: Yo creo que sería un error. Entiendo que el Presidente pertenece al partido ParTE. Cristina pertenece a otro partido. Entonces sería como cooptar el Partido Justicialista, que tiene sus afiliados, sus reglas de juego. Debe ser su partido madre para el Frente. Sino hagamos una elección con todos los partidos afines al peronismo, el panperonismo, también es una opción. Lo importante es que haya un discusión: queremos justicia social o asistencia social. Son cosas distintas.
P: ¿Y las legislativas 2021?
A.R.S.: Es muy probable que se repitan las relaciones de fuerza de los frentes que actuaron en el 2019. No hay mucha posibilidad de que haya tantas variantes de la Argentina.
P: ¿Qué opina sobre la posibilidad de que se eliminen o se suspendan las PASO?
A.R.S.: Eso fue un capricho. El sistema electoral que tenemos es pésimo. Cada municipio elege fechas, la provincia otra. Se hace un calendario electoral imposible. Porque además las elecciones las tomamos como algo pasional. Se paraliza el país. Y todos resuelven llevar un solo candidato, por lo cual no hay primarias. Entonces, ¿Para qué hacemos la primaria si después no hay primarias? Nosotros tenemos las primarias abiertas pero no son obligatorias, ya que cada partido puede no realizarlas, resolverlo en su propia convención o de su propia forma. En la Argentina, te define el presidente.
P: Ustedes son el ejemplo contrario: en 2017 dieron vuelta una elección en la que habían perdido por varios puntos en las PASO.
A.R.S.: Eso sí fue una tarea titánica, impresionante, casi diría irrepetible. Fue una lección para escribir un libro.
P: Falta mucho, pero me gustaría saber cómo imagina el 2023 en la elección provincial.
A.R.S.: Me imagino un espectacular triunfo de este espacio. Pero nosotros estamos haciendo un enorme traspaso generacional. Debo tener el gabinete más joven del país.
Entrevista de Florencia Arbeleche y Ariel Basile.