Aunque otros acreedores creen que esta “dura propuesta” es una estrategia para llegar a un acuerdo más aceptable. Este diagnóstico se basa en que confían en que el presidente Alberto Fernández “no quiere ir a un default”.
La propuesta argentina se encuentra en línea con lo señalado por el Fondo Monetario Internacional en cuanto a que los acreedores privados deben hacer un esfuerzo sustancial para que el repago de la deuda soberana sea sustentable. Sin embargo, en medios del gobierno se espera que en las próximas semanas los acreedores externos desplieguen todo su poder de lobby ante el gobierno de los Estados Unidos – el principal aportante del FMI – con el propósito de lograr una mejora en la oferta argentina.
En paralelo, el gobierno cierra filas en torno de su propuesta. Así, fuentes de la Casa Rosada anticipan que el presidente Alberto Fernández convocó a los gobernadores provinciales para mañana en la quinta de Olivos con el propósito de informar sobre la iniciativa y lograr apoyo político.
Dado que las diferencias entre la oferta argentina y las expectativas de los acreedores se presentan distantes, todo indica que en las próximas semanas tendrán lugar negociaciones tensas que previsiblemente deberían ser resueltas a medida que se acerque el fin de mayo por las máximas autoridades políticas .