Como consecuencia del impacto del ajuste económico y la licuación de los ingresos, los salarios formales registraron en febrero el cuarto mes consecutivo de retroceso frente a la inflación, acumulando una caída del 23,9% desde noviembre, y se acercan al mínimo histórico del final de la convertibilidad.
Los salarios de los trabajadores tuvieron una caída del 26% interanual en febrero, según los cálculos del economista Salvador Vitelli, quien aportó que con el retroceso del segundo mes del año se alcanzó la peor caída cuatrimestral en la historia del índice.
En este sentido superaron el derrumbe de la convertibilidad en cuanto a un periodo de cuatro meses, que fue del 20%, y se acercan al mínimo mensual.
En 2023, el salario promedio terminó en $484.298,40, creciendo un 149,4% frente al valor que presentaba a finales del 2022 cuando alcanzaba los $194.175,11. La suba no fue suficiente para ganarle a la inflación que fue del 211,4% en los 12 meses del año pasado. La diferencia representó una pérdida del poder adquisitivo del 20% para los 10 millones de trabajadores formales del sector público y privado que contempla el RIPTE.
Vale recordar que el RIPTE se define como la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia y que han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses.
El indicador es una de las variables que se toma en cuenta para el cálculo de la movilidad previsional junto a la evolución de la recaudación tributaria que va a la Seguridad Social, descontando el incremento del padrón de beneficiarios.