El papa Francisco impartió la tradicional bendición “Urbi et Orbi” desde la logia de la basílica de San Pedro del Vaticano, donde en su mensaje pidió que “Cristo sea luz en medio de las injusticias” del mundo y expresó su esperanza frente a las “agitaciones sociales y políticas” en varios países de América Latina.
El pontífice afirmó que su deseo de Navidad es que el Emmanuel “sea luz para toda la humanidad herida”, que “ablande nuestro corazón egoísta” y que nos haga “instrumentos de su amor”.
“En el seno de la madre Iglesia, esta noche ha nacido nuevamente el Hijo de Dios hecho hombre. Su nombre es Jesús, que significa Dios salva. El Padre, Amor eterno e infinito, lo envió al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo”, sostuvo.
“Que Cristo sea luz para tantos niños que sufren la guerra y los conflictos en Medio Oriente y en diversos países del mundo. Que sea consuelo para el amado pueblo sirio, que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio. Que remueva las conciencias de los hombres de buena voluntad”, agregó.