Para ADIMRA “la desregulación sin establecer mecanismos de evaluación técnica ni criterios de trazabilidad, abre la puerta al ingreso indiscriminado de maquinaria obsoleta o en desuso, que puede afectar la salud de las persona junto a la seguridad y eficiencia de los procesos productivos” y remarcaron que la decisión “no alienta la inversión en tecnología y la producción local”.
Luis Caputo anunció una nueva baja de aranceles
Por sobre el crecimiento de las importaciones que ya se refleja en datos y el ingreso de maquinaria usada, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció este martes que el Gobierno “reducirá aranceles a 27 bienes de capital cuyas alícuotas oscilaban entre el 20% y el 35%.”.
Sobre este punto, argumentó que “el Mercosur fija para los bienes de capital un arancel del 12,6%, sin embargo, los aranceles de estos productos se encontraban por encima de este nivel”.
Entre los productos a los que se le reducen los aranceles se encuentran: ascensores, ventiladores industriales, maquinaria para la industria metalúrgica, depuradores de gases y equipos de limpieza de cañerías utilizados en la industria petrolera, maquinaría industrial para fabricar helados, hornos de panadería, polipastos eléctricos, máquinas de cortar el pelo, bombas centrífugas, entre otros.
Una recuperación heterogénea y que no se consolida
Mientras tanto, la actividad en el sector metalúrgico se recupera lento y de forma heterogénea. Acumula un repunte del 3,8% en el 2025 después de haber caído un 12,1% el año pasado. Además, el uso de la capacidad instalada está en niveles muy bajos en términos históricos, durante abril alcanzó apenas el 46,9%.
Hacia el interior, se registró una caída en subsectores estratégicos como fundición (-9,4%) y autopartes (-0,3%), mientras que Maquinaria Agrícola y de Carrocerías y Remolques, tuvieron incrementos de hasta 21,3%. Sin considerar estos sectores específicos, el crecimiento del resto de la industria metalúrgica fue apenas del 1%.
El empleo sigue sin recuperarse. En la comparación contra marzo se mantuvo estable pero no logra recomponer los niveles previos a la fuerte caída del 2024; en la comparación interanual volvió a exhibir una caída, en este caso del 2,2%. Más que una casualidad estadística, parece un componente inevitable de las condiciones de competitividad.