Un informe elaborado por toda la cadena de valor metalúrgica cuestiona la carga impositiva, la pérdida de competitividad y la secuencia de medidas aperturistas. Se suma a las recientes críticas de grandes industriales.
Los cuestionamientos de Rocca y Madanes
Los cuestionamientos de los industriales no comenzaron hoy. En las últimas semanas se expresaron dos de los grandes jugadores del sector. Primero el CEO del grupo Techint, Paolo Rocca, que le reclamó al secretario de Comercio, Pablo Lavigne, “nivelar la cancha” y luego Javier Madanes Quintanilla, titular de Fate y Aluar, que pidió “tener cuidado con el nivel de actividad porque el empleo siempre fue importante para los argentinos”.
En diálogo con el podcast “La Fábrica”, Madanes también cuestionó la apertura de importaciones y detalló que en el sector de fabricación de neumáticos se perdió el 30% del empleo en un año, unas 1.200 fuentes de trabajo.
“Necesitamos acciones urgentes para reducir la presión impositiva y reformas de competitividad para permitir que nuestras empresas puedan disputar de igual a igual con el mundo”, dice el documento, que no casualmente lleva también el sello de Propymes, una entidad impulsada por Techint.
El riesgo: “desindustrialización, menos empresas y menos empleo”
El documento elaborado por los equipos técnicos de distintas cámaras que representan al sector metalúrgico reconoce que “una macroeconomía ordenada es la base para devolverle competitividad a las empresas”. Pero señala que se necesitan políticas micro, como el reciente anuncio de un proyecto de Ley Pyme y que “la agenda que permitirá generar un verdadero entorno competitivo consta en bajar la carga impositiva, el costo laboral no salarial, potenciar el financiamiento al sector privado y reducir los costos logísticos”.
Por eso en un contexto en donde “las principales economías del mundo están intensificando su estrategia de política industrial con incentivos y financiamiento al sector privado local e incorporando medidas de defensa comercial (dumpings, salvaguardas)”, los industriales piden “trabajar primero en estos factores para una secuencia de integración inteligente al mundo”.
Los empresarios estiman que el sector metalúrgico en su conjunto podría sumar unos u$s7.400 millones anuales como aliado de sectores como el petróleo y gas, la energía renovable, la forestoindustria y la minería. Catalogan como falsas antinomias a la competencia entre campo e industria, integración al mundo o sustitución de importaciones, exportaciones y mercado interno.
Dicen ser “competitivos dentro de la fábrica” y piden diálogo con el Gobierno nacional y las administraciones provinciales y municipales para ajustar la presión tributaria “con la misma agilidad con la que buscamos integrarnos al mundo”. De lo contrario, advierten, “corremos el riesgo de enfrentar un escenario de desindustrialización, con menos empresas y menos empleo”.