Por iniciativa parlamentaria de los diputados provinciales Patricio Peñalva y Juan Esteban Romero se aprobó por unanimidad se declare a Cafayate como capital provincial del vino.
En los fundamentos de la iniciativa se expresa: Hablar del vino y de todo lo que lo rodea en la Provincia indefectiblemente nos remite a los Valles Calchaquíes y, particularmente, a Cafayate, cuyo nombre ha sabido acortar distancias, acercando a todos los salteños y argentinos a nuestra geografía en cada botella. Desde las primeras vides, traídas en la época de la conquista y, su establecimiento por influencia de la Iglesia Católica hasta nuestros días se ha ido consolidando una industria vitivinícola que ha moldeado la forma de vida de los cafayateños, dejando una marca cultural que hoy se evidencia en cada uno de los aspectos de su identidad. Es una realidad que revela fácilmente a los ojos de cualquiera que pueda recorrer la geografía del departamento que se ha constituido como el centro neurálgico del complejo agroindustrial vitivinícola que vincula desde pequeños productores artesanales y bodegas familiares hasta grandes productores reconocidos internacionalmente. Cafayate es cultura del vino, la cultura de un pueblo productor que, a través de décadas, generó un vínculo particular, un vínculo que difícilmente encontremos en otros lugares, el vínculo que va desde las viñas y las bodegas al arte y la música, de la vendimia al carnaval y a La Serenata a Cafayate. Reconocer a Cafayate como capital provincial del vino es reconocer el esfuerzo de distintas generaciones que dedicaron su vida para que hoy podamos estar orgullosos de tener un vino que es un símbolo de nuestra cultura. Sin dudas, la marca de origen del vino salteño es Cafayate que, por su historia, por su presente y, sobre todo, porque es una actividad que tiene mucho futuro para aportarle a la Provincia y a la comunidad cafayateña.