En el marco del juicio por el asesinato de Darío Monges, el fiscal federal Eduardo Villalba presentó un alegato crucial que echó luz sobre nuevos aspectos del caso, señalando la posible vinculación de Benjamín Cruz, exsecretario de Seguridad de la provincia, con el crimen. Según Villalba, aunque no se lograron “conectar” a Cruz directamente con el homicidio, la investigación reveló indicios de su posible involucramiento en actividades relacionadas con el narcotráfico.
El fiscal explicó que Benjamín Cruz fue quien facilitó el acceso de Monges a la cárcel de Orán, otorgándole lo que Villalba describió como “el pasaporte” para que el ahora asesinado pudiese ingresar a hablar con el sicario Oscar Díaz. En ese encuentro, Monges simuló ser abogado del Ministerio de Seguridad, entrando en un día en que las visitas estaban expresamente prohibidas. Este acceso directo a un sicario dentro de una cárcel de alta seguridad fue uno de los puntos clave que Villalba destacó, ya que dejó en evidencia la posible protección de Monges dentro de los círculos del poder político.
“El vínculo con Cruz llevó a Monges a sentirse protegido, a pensar que tenía una pata en el poder”, aseguró Villalba en su alegato. Este sentimiento de protección, según el fiscal, habría sido un factor determinante en la conducta de Monges, quien no solo se movía con relativa libertad en el mundo del crimen, sino que también mantenía relaciones cercanas con figuras claves en la política y la seguridad de la provincia.
El fiscal, sin embargo, aclaró que, si bien hay elementos suficientes para seguir investigando a Cruz por su presunta complicidad en el tráfico de estupefacientes, no se hallaron pruebas suficientes para involucrarlo directamente en el homicidio de Monges. «Es necesario seguir investigando el supuesto transporte de estupefacientes que se habría llevado a cabo con aquiescencia de quien era el secretario de Seguridad», manifestó Villalba, dejando entrever que el alcance de la investigación aún podría extenderse a otros delitos graves vinculados al narcotráfico.
Además, Villalba hizo referencia a las viajes de Monges durante la pandemia, cuando, a pesar de las estrictas restricciones de movilidad, pudo transitar libremente por las rutas de la provincia. El fiscal comparó esos viajes a los de figuras públicas involucradas en escándalos durante la cuarentena, afirmando que “es peor que la fiesta de Olivos”, en un claro intento por subrayar la gravedad de las acusaciones contra quienes, en el ejercicio del poder, habrían facilitado la circulación de drogas en pleno confinamiento.
Este nuevo giro en el caso Monges ha abierto la puerta a una investigación mucho más amplia que podría implicar a un alto funcionario del gobierno provincial.
Fuente:Opinorte