Sobre estos detalles puso el ojo el equipo económico que responde al ex ministro Sergio Massa. En un análisis sobre el resultado de las cuentas públicas, abordaron las siguientes conclusiones:
En primer lugar, alertaron por la caída real del 20% de los ingresos, entre un mes y otro. Lo plasmaron de esta forma: “Mirando la variación de febrero contra enero, tuvieron una contracción fenomenal de los recursos, a pesar de que recaudaron el impuesto PAÍS sobre la colocación del BOPREAL” el bono que funciona para administrar el acceso a divisas para importadores y como recurso para la esterilización monetaria.
Para el IARAF, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, esa caída de los ingresos tuvo que ser compensada por el descenso del gasto, “a diferencia del mes de enero, en donde los ingresos se mantuvieron constantes”.
Los rubros que explican la caída del gasto
Por eso mismo, señalan desde el massismo, en términos mensuales el gasto primario “cayó 8% real”, explicado por jubilaciones, salarios, gastos de capital y transferencias a universidades, “en ese orden de importancia”.
Sin embargo, los subsidios energéticos levantaron la ejecución de febrero contra enero, marcando un incremento del 121% en términos reales, tras haber girado $271 millones. De esta forma, el estudio concluye en que la medición intermensual marca una caída del 46% del superávit primario -en términos reales- y otra del financiero, del 42%.
La erogación de recursos sobre el sector energético será clave en este bimestre: el viernes tendría que haberse oficializado el cuadro tarifario para el servicio de gas natural por red, tras la audiencia pública del 8 de enero. Caputo, en el intento de sostener la desaceleración de precios, postergó nuevamente la publicación, así como la autorización del 36,6% en los boletos de trenes y colectivos desde abril.
Respecto de la comparación bimestral contra igual período de 2023, el Ministerio de Economía señala la misma tendencia: una contracción del 38% del gasto primario en términos reales, frente a una variación de los ingresos de -2,5%.
Mirando la incidencia de los rubros que explicaron la caída del gasto en el mismo lapso, el análisis que responde al líder del Frente Renovador indica que “13 puntos corresponden a jubilaciones, 6 a subsidios, 5 por gasto de capital del propio SPN, 5 puntos por transferencias a provincias (corrientes y de capital), 4 por salarios y otros gastos de funcionamiento y los últimos 4 por prestaciones sociales”.
Para el economista y autor de Falacias Libertarias, Guido Agostinelli, el superávit será difícil de mantener “en tanto y en cuanto la recaudación siga cayendo estrepitosamente”, hoy sostenida por “los tributos vinculados al comercio exterior y el impuesto PAÍS”. Este último debiera ser transitorio, a pedido del propio Fondo Monetario Internacional.
Por otro lado, destaca Agostinelli, el contexto social se volverá “aún más agobiante en abril” por los aumentos de tarifas y una inflación en valores aún muy altos, por lo que “pisar salarios estatales y jubilaciones pareciera inviable”.
Martín Kalos, director de la consultora EPyCA advierte que la contracción de los ingresos recaudados “muestra el impacto de la baja en la actividad”, al tiempo que el superávit en las cuentas públicas “se sostiene por pisar gastos que no se pueden pisar por siempre”.
Será por lo insostenible de la propuesta, que la cartera comandada por Caputo aclaró que al ordenamiento de las cuentas habrá que adicionarle “el impacto sobre los resultados base caja de las readecuaciones tarifarias en energía, transporte y actualización gradual del impuesto a los combustibles”. Mientras tanto, para los economistas, la recuperación en V queda más lejos de lo previsto públicamente por el Gobierno.