Solo en el medio de la multitud, con sus ex compañeros observándolo, Juan Román Riquelme dijo en su despedida del fútbol: “Esto es mucho para mi. Sin ustedes no podría vivir”.

En el llamado “un partido para toda la vida”, el último 10 se despidió, con la pelota y los cortos, de sus “bosteros”.

Ante 55 mil hinchas que no olvidarán este 25 de junio, justo a 45 años del primer campeonato del mundo de Argentina, después de 9 años de abandonar la actividad, se dio el gusto del último picado en el patio de su casa con un tal Messi de invitado de lujo.

En sus palabras finales al término del encuentro, vistiendo la camiseta con el número 10 y el nombre de Maradona sobre el dorsal, en una suerte de devolución de gentilezas porque Diego se había despedido luciendo la de “Román” en 2001, no se olvidó de sus comienzos “Le agradezco a José (Pekerman) por todo lo que me enseñó de chico”.

Y de sus técnicos preferidos, Alfio “Coco” Basile y el “Virrey” Carlos Bianchi: “Este señor de gorra y barba me enseñó de fútbol y de la vida, y Carlos fue el culpable que nos acostumbró a ganar siempre”.

La Bombonera volvió a cantar por el “Virrey” Bianchi

Carlos Bianchi, el técnico más ganador en la historia de Boca, era uno de lo más esperado por el hincha, en la despedida de Juan Román Riquelme, y cuando se anunció por la voz del estadio su presencia y asomó su cabeza calva, la multitud hizo retumbar el cemento del templo “xeneize”.

Y entonces sonó el viejo canto, como en aquellas históricas jornadas de Copa Libertadores de principios de 2000: “Que de la mano, de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar”.

El ex entrenador de 74 años, que tiene su merecida estatua en el hall de la fama “xeneize”, movió sus manos en agradecimiento y el estadio temblaba por primera vez en la noche.

La última vez que el “Virrey” había pisado la Bombonera fue el 8 de julio de 2015 en la despedida de Sebastián Battaglia otro “gladiador de su época de oro”

El 24 de agosto de 2014 fue la última como técnico “xeneize” en el Alberto J. Armando y sufrió la caída ante Godoy Cruz por 3 a 0.

Tres días después dejaba el club tras la derrota en la Plata ante Estudiantes.

Según Román declaró en la conferencia de prensa, es “el culpable de todo. Nos acostumbró mal y el hincha pensó que era fácil ganarla Copa”.

Carlos Bianchi conquistó con Boca: dos copas Intercontinentales, tres Libertadores y cuatro torneos locales.

Por eso el hincha de Boca no lo olvida y hoy volvió a cantar por él.

En el comienzo de la fiesta cuando asomó su cuerpo por el túnel del centro de la cancha, el relator cordobés Matias Barzola, a pedido del homenajeado, lo recibió con palabras como “te pusiste la de Boca y nunca te sacaste la de Boca, te peleaste contra el poder. Te criaste en el barro y el poder no te pudo comprar”.

Y no mintió para nada, Román fue siempre un “descarado”, con y sin la pelota.

Apenas saludo al arco que da casa Amarilla se desplegó el telón nuevo que decía “Nací bostero gracias a mi papá y me voy a morir bostero como todo ustedes”.

“En este sitio jugó Juan Román Riquelme” decía una alfombra plástica al costado del campo de juego de la Bombonera, al lado estaban ubicados al lado de los once trofeos que consiguió el ídolo con la camiseta azul y oro.

Y en el medio hubo un partido de fútbol que los de Boca con Román le ganaron 5 a 2, a los de la selección con Lionel Messi, a quien calificó junto a Maradona como “los dos mejores jugadores” que vio en su vida.

Del lado de Boca estuvieron las estrellas de la época dorada del virrey con algunos de los futbolistas de los equipos dirigidos por Miguel Russo y otros amigos de Román que jugaron en el Boca de principios de los 90: Oscar Córdoba; Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Daniel Diaz y Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Blas Giunta, Gustavo Barros Schelotto y Juan Román Riquelme; Marcelo Delgado y Antonio Barijho.

Después ingresaron Mauricio Serna, Navarro Montoya, Rodrigo Palacio, Eber Banega, Walter Samuel, Raúl Cascini, Sebastián Battaglia, Mauricio Caranta, Sergio Martinez.

Con la camiseta del campeón del mundo se alinearon: Leo Franco; Lionel Scaloni, Fabricio Coloccini y Diego Placente; Lucho González, Leandro Paredes, Esteban Cambiasso y Pablo Aimar; Lionel Messi, Javier Saviola y Ángel Di María.

Después entraron el “Pocho” Ezequiel Lavezzi, Lucho Figueroa, Juan Pablo Sorín.

Y la pelota empezó a rodar y de a poco “el torero” empezó a entrar en calor.

Después del gol de Lucho González, que abrió el marcador, el último 10 empezó a mover los hilos, cómo en las añoradas viejas épocas.

Pase gol a Barijho, para el empate, golazo del “Chipi” para el segundo y otra asistencia para el tercero de Pablo Ledesma.

En el segundo tiempo, cuando los cambios iban y venían, Román marcó el cuarto.

Después vino, en el medio de los ruegos de la “12” para que Messi se ponga la de Boca, el descuento por el nuevo jugador del Inter Miami.

Ya el partido pasaba por el reconocimiento de los hinchas de Boca, aquellos “cercanos recuerdos” como los cantos para el uruguayo Sergio “Manteca” Martínez, autor del quinto y el “Mono” Carlos Navarro Montoya.

Y que Leandro Paredes se pusiera la camiseta que lo vio nacer en el fútbol: “Paredes es de Boca y de Boca no se va” cantaban y soñaban los hinchas.

En el final se dio el gusto de entrar Agustín, uno de los hijos de Román, quien por su pedido según contó el ídolo alguna vez, se metió en la política del club.

Terminó el partido y siguieron los homenajes: una torta compartida con Messi por el cumpleaños de ambos (Lionel cumplió 36 ayer y Román el mismo día 45) y una plaqueta entregada por Claudio Tapia, el presidente de la AFA.

“Messi, nos tenés que perdonar, en La Boca, el más grande es Román”

La hinchada de Boca brindó este domingo una cálida bienvenida al astro argentino Lionel Messi durante la despedida de Juan Román Riquelme en La Bombonera, pero lo relegó en sus preferencias por debajo del homenajeado, considerado como el mayor ídolo de la institución.

“Messi, Messi, Messi, Messi, nos tenés que perdonar, en La Boca el más grande, el más grande es Román”, fue el cántico que bajó de la bandeja que ocupa “La 12” y contagió a toda la cancha antes del partido.

Messi fue el capitán de un seleccionado argentino histórico, con excompañeros de Riquelme, que se enfrentó con un Boca compuesto por jugadores del exitoso ciclo de Carlos Bianchi.

El campeón mundial en Qatar 2022 tuvo una presentación especial antes del partido y recibió una ovación al igual que el resto de los protagonistas de la gesta en Medio Oriente: el mediocampista Leandro Paredes, el delantero Ángel Di María y el DT Lionel Scaloni.

Agradeció Riquelme a Messi especialmente por su presencia y dejó su última frase: “MI papá me hizo bostero como ustedes y yo me voy a morir bostero. Me levanto todos los días y le pido a Dios seguir la relación con ustedes, porque sin ustedes no podría vivir” dijo el ahora vicepresidente del club de La Ribera.

La Bombonera respondía con “Riquelme es de Boca y de Boca no se va”, un cántico que también traía un mensaje político con vistas a las elecciones “xeneizes” de fin de año.

“Tuve la suerte de que el 10 de noviembre de 1996 entré en una película, la más linda que le puede pasar a una persona”, cerró. Y hoy esa película tuvo el final “feliz” que Román se merecía.