El alza de la deuda vino de la mano de un déficit en las arcas públicas de US$ 25.500 millones. Entre las causas del aumento se encuentra la inflación, que obligó al Banco de Inglaterra a subir las tasas en doce oportunidades.

La deuda pública del Reino Unido superó el 100% de su Producto Bruto Interno (PBI) en mayo último, un nivel que no alcanzaba desde marzo de 1961, según informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).

El alza de la deuda vino de la mano de un déficit en las arcas públicas de US$ 25.500 millones en mayo, superando las estimaciones de economistas del sector privado y de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria.

Pese a las promesas del primer ministro, Rishi Sunak, de reducir la deuda para allanar el terreno para recortar impuestos, la deuda del Reino Unido no hizo más que aumentar en los últimos meses.

Más de un millón de familias deberán refinanciar sus tasas este año

En los dos primeros meses del año fiscal 2023 (abril y mayo), el déficit duplicó al del año anterior.

La gran causa del aumento de la deuda fue la inflación, que obligó al Banco de Inglaterra a subir las tasas en doce oportunidades consecutivas desde fines de 2021 de 0,1% a 4,5%, el nivel más alto desde 2008.

La disparada de los precios también obligó a subsidiar las facturas de energía de los hogares para evitar un golpe mayor en el costo de vida: la asistencia alcanzó los 3.600 millones de libras en mayo.

A eso hay que sumar que parte de los programas asistenciales están indexados a la inflación, lo cual acrecienta el rojo de las cuentas públicas evitando que la inflación lo licue.

No solamente el gasto es mayor al estimado originalmente sino que, al mismo tiempo, los ingresos son menores que los proyectados debido a la ralentización de la economía británica.

Una deuda que crece

El grupo de previsión económica, ITEM Club, estimó que el endeudamiento superará en 20.000 millones de libras los 132.000 millones proyectados originalmente, salvo que se revierta la tendencia en las tasas de interés de mercado.

“Tomamos decisiones difíciles pero necesarias para balancear las cuentas con el objetivo de recortar a la mitad la inflación, hacer crecer a la economía y reducir la deuda”, afirmó el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, quién mantiene la promesa de recortar “a la mitad” la inflación para fines de este año.

Tasas y recesión

El Banco de Inglaterra (BoE) podría definir otro aumento de tasas en su reunión del jueves, las que terminarán alcanzando el 6% para fin de año, un nivel considerado por los analistas como recesivo para la economía británica.

Si bien el mercado estima que el BoE aumentará nuevamente las tasas en 25 puntos básicos, algunos analistas estiman que, tras el índice conocido este miércoles, la suba podría ser incluso de 50 puntos.

Los economistas, no obstante, dudan de la capacidad de Hunt para recortar impuestos y al mismo tiempo cumplir los objetivos fiscales.

“Cualquier recorte que implemente será modesto o revertido al poco tiempo”, afirmó Ruth Gregory, economista de Capital Economics a la agencia de noticias Bloomberg.

Diversos integrantes del Partido Conservador llamaron a recortar impuestos con el objetivo de tener alguna posibilidad en las elecciones del año próximo, comicios en los cuales las últimas encuestas los ubican en franco retroceso frente a los laboristas.

Inflación e hipotecas

La inflación, vía suba de tasas, no sólo está causando problemas en las cuentas públicas sino también en las hipotecas, con tasas que llegaron al 6,15% hoy en el caso de la hipoteca residencial fija a dos años.

Esto amenaza con convertirse en una bomba para el mercado inmobiliario: más de un millón de familias deberán refinanciar sus tasas este año y lo deberán a hacer a niveles significativamente más altos.

Además, no se espera una mejora de la situación a corto plazo: según comunicó la ONS hoy, la inflación se mantuvo en 8,7% anual en mayo, al tiempo que el índice subyacente –que excluye los valores volátiles de la energía y los alimentos- se aceleró al 7,1%, tres décimas más que en abril, y su nivel más elevado desde marzo de 1992.

Pasajes de avión, bienes y servicios culturales y recreacionales, y autos usados, fueron los mayores impulsores de la suba de precios.

Los números fueron perores de lo esperado: los economistas esperaban una baja de la inflación general a 8,4%, y una núcleo sin cambios.