Fernández, por otro lado, enunció que “la corrupción ha sido un mal endémico”, dijo que él nunca robó y que tiene los mismos bienes o incluso menos que antes de asumir en el cargo y declaró: “En mi Gobierno puse todo mi empeño para que nadie robe y hoy no tenemos cuestionamientos”.
Consultado sobre la convocatoria de actos y marchas en respaldo de la vicepresidenta, Alberto Fernández se mostró de acuerdo y manifestó que el Frente de Todos tiene que “generar una gran movilización para defender la democracia, los derechos humanos y reclamar una Justicia independiente”.
“No me preocupa que la gente salga a la calle”, sostuvo el mandatario, anticipó que este jueves hablará con los “compañeros” del Consejo Nacional del PJ, que preside, para definir los pasos a seguir sobre la organización de una movilización con esos objetivos, y finalmente remarcó que “estar en la calle no significa ser violento”.
Además, afirmó que su principal “prioridad política es mantener unido al Frente de Todos” y dijo que hará “lo que tenga que hacer para que eso ocurra”, tras lo cual resaltó que el objetivo común de la coalición oficial es “garantizar que en 2023 no vuelvan a ganar los mimos tipos que nos dejaron un país miserable”.
También aseguró que “nunca estuvo peleado” con la Vicepresidenta, aunque pueden haber tenido “diferencias” y que “a veces somos los dos vehementes”.
Consultado sobre si se presentará a la reelección, aclaró que es “lo último” en lo que piensa, al explicar: “Mi preocupación es ver cómo empezamos a contener la inflación y cómo ordenamos la distribución del ingreso. Esas son las dos prioridades”.
También criticó al expresidente Mauricio Macri y señaló que “tendría que estar rindiendo cuentas”.
“No me importa lo que hace Macri, quiero que explique ante tribunales por qué hizo lo que hizo con la deuda, con los parques eólicos, con el Correo, el cúmulo de denuncias que hay sobre él que hasta el día de hoy la Justicia no ha investigado. Qué hizo con los peajes”, agregó, para manifestar que “la justicia aún no ha investigado”.
“El Presidente soy yo, eso nunca estuvo en discusión”, contestó al descartar “el análisis político que hacen en los medios y consultoras” sobre su coexistencia con la Vicepresidenta en la gestión del FdT, y aseguró que nunca pensó en renunciar: “Tengo una responsabilidad con la gente, con el pueblo”, reafirmó.
En el aspecto económico, admitió que la salida de Martín Guzmán del ministerio de Economía “generó una crisis por la forma en que se fue”, y subrayó que “el modo en que tomó la decisión le hizo mucho mal a la Argentina” porque, reprochó, “avisó cuando ya había hecho todo”.
Al referirse a las circunstancias vividas tras la renuncia de Guzmán, añadió: “Buscamos recuperar un orden que se había quebrado en el Gobierno, soportamos una corrida cambiaria impresionante, motivada por algunos para debilitarnos como Gobierno, y la pudimos sobrepasar”, valoró .
En cuanto al clima social, indicó que la macroeconomía “esta bien” y enumeró “un 6% de crecimiento económico en el primer semestre, la ocupación de la capacidad productiva entre un 65% y 70%, la creación de 1,2 millones de puestos de trabajo y el empleo registrado que crece mucho”, aunque admitió que “hay una inflación sin resolver que afecta ingreso mucha gente que gana entre 80 mil y 100 mil pesos”.
Por último, recordó que “siempre dijo” que la dirigente social Milagro Sala “no tenía por qué soportar el proceso en estado de detención”, y remarcó que “todos somos inocentes hasta que se pruebe la culpabilidad”.
“Hasta el día de hoy Milagro no tiene una sentencia firme, su sentencia está en situación de revisión en la Corte Suprema”, indicó el Presidente, y añadió: “Lleva más de 7 años detenida, y el delito que le imputan es administración fraudulenta, que tiene un máximo de 6 años”.