Con el retorno del presidente Alberto Fernández de Los Ángeles, el gabinete de ministros formalizará sus nuevas incorporaciones de cara a la reunión quincenal entre los titulares de las carteras que, se espera, tenga lugar el próximo miércoles en Casa de Gobierno.
Daniel Osvaldo Scioli y Agustín Rossi fueron los nuevos nombres que, de ahora en más, estarán entre los funcionarios que rodean de manera directa al Presidente. El primero se estima que asuma el martes, luego de último paso por Brasil para terminar de cerrar cuestiones de gestión y personales, y el segundo ya está en funciones desde el lunes pasado, tras la firma de la prórroga de la intervención de la AFI por otros 120 días.
Dentro del Gobierno celebran la llegada de ambos dirigentes, y aseguran que los cambios “traen aire nuevo” a un gabinete convulsionado y atravesado por la interna oficialista que, con el pedido de renuncia a Matías Kulfas, parece mantenerse en Stand By.
En su primera semana a cargo de la AFI, Rossi visitó Casa Rosada para reunirse con el jefe de ministros, Juan Manzur, con quien afinó los lineamientos convenidos con el mandatario, ausente, por su participación en la Cumbre de las Américas.
El pedido fue sencillo, y en líneas generales, apunta a continuar el camino de su antecesora Cristina Caamaño en la búsqueda de “transparencia” de la agencia. Al término del encuentro con Manzur y en diálogo con acreditados entre ellos NA, el flamante funcionario dejó un mensaje claro: trabajará para fortalecer el liderazgo del Presidente.
“La potencialidad electoral del Frente de todos en 2023 depende del fortalecimiento de la gestión y conlleva del fortalecimiento del liderazgo del presidente”, aseguró Rossi al tiempo que insistió en no considerarse “ni albertista ni cristinista”.
Su designación no sorprendió, “El Chivo” resonaba como potencial funcionario de Gobierno por su cercanía y diálogo directo con Alberto Fernández en el marco de la tensión con la vicepresidenta.
La llegada de Scioli y el rol de Sergio Massa
A su parte, el hasta entonces embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, es otro de los nombres elegidos por el mandatario para reemplazar a quien fue uno de los ministros de su confianza, Matías Kulfas. El Presidente le pidió la renuncia luego de sus declaraciones en off, en las que acusó a funcionarios del entorno de la vicepresidenta de beneficiar a Techint con las licitaciones del gasoducto Néstor Kirchner.
La elección para sucederlo pareció ser bien recibida por funcionarios de gobierno que reconocen en Scioli a un “hombre de gestión y personalidad”. Al que Alberto Fernández no tuvo en cuenta fue al titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, de pésima relación con Scioli.
Lo sucedido ese sábado adquiere distintas dinámicas dependiendo a quien se escuche. Desde las cercanías del líder del Frente Renovador revelaron que el jefe de Estado le propuso el puesto a Massa y que este lo rechazó por considerarlo un “puesto menor” al que ya ejerce.
LEE: Rossi advirtió que si no se termina la interna oficialista tendrán que “aprender a convivir con las diferencias”
En cambio, desde el círculo del ex embajador desmienten que Scioli haya sido la tercera opción y señalan que el presidente de la Cámara de diputados visitó la quinta de Olivos ese sábado, para pedir que pongan a José Ignacio de Mendiguren en el cargo, “y se enojó cuando ofrecieron a Daniel (Scioli)”. Desde el massismo refutan la versión y niegan haber pedido el lugar para de Mendiguren.
La realidad es que la tensión entre ambos dirigentes oficialistas data de la emancipación de Massa con el kirchnerismo, en 2013, y las promesas de seguimiento de Daniel Scioli que, a pesar de sus amagues, resolvió continuar -incómodo- bajo el manto protector de la fuerza liderada por la ex presidenta.
A esto se le sumó el robo a a la residencia de Massa y Malena Galmarini en el barrio cerrado Isla del Sol, que le valió el enojo de la familia y varias acusaciones a funcionarios del momento, entre ellos la ex mandataria y el entonces gobernador de la Provincia. De hecho, años después, en el marco del balotaje en 2015, entre Scioli y Macri Galmarini declaró: “Puede ser peor que Cristina, Daniel Scioli, no lo votaría, es dañino para la Argentina”.
Lo cierto es que el titular de Diputados acompañó al mandatario a Los Ángeles, en el marco de su participación en la Cumbre de las Américas, lo que ayudó a bajar la tensión, y le dio lugar a insistir en su idea de oxigenar el gabinete. “No habla de nombres, sino de políticas”, sumaron fuentes oficiales que respaldan el pedido.
A su parte, el flamante ministro de Producción se encuentra a la espera de la asunción formal para desempeñar sus tareas en el edificio ubicado en Diagonal Sur, al que ya ordenó la puesta en pie una sala de comunicación para dar a conocer las actividades de la cartera.
Hasta el momento, el diálogo entre el exembajador argentino en Brasil y el titular de la Cámara de Diputados era nulo, ya que sus cargos no obligaban a cruzar palabras, pero con el reordenamiento las cosas cambiaron. No solo deberán limar asperezas para el buen funcionamiento del Gobierno sino que podrán medirse más de cerca por la pelea final, la lucha por 2023.
con el mandatario, ausente, por su participación en la Cumbre de las Américas.
El pedido fue sencillo, y en líneas generales, apunta a continuar el camino de su antecesora Cristina Caamaño en la búsqueda de “transparencia” de la agencia. Al término del encuentro con Manzur y en diálogo con acreditados entre ellos NA, el flamante funcionario dejó un mensaje claro: trabajará para fortalecer el liderazgo del Presidente.
“La potencialidad electoral del Frente de todos en 2023 depende del fortalecimiento de la gestión y conlleva del fortalecimiento del liderazgo del presidente“, aseguró Rossi al tiempo que insistió en no considerarse “ni albertista ni cristinista”.
Su designación no sorprendió, “El Chivo” resonaba como potencial funcionario de Gobierno por su cercanía y diálogo directo con Alberto Fernández en el marco de la tensión con la vicepresidenta.
La llegada de Scioli y el rol de Sergio Massa
A su parte, el hasta entonces embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, es otro de los nombres elegidos por el mandatario para reemplazar a quien fue uno de los ministros de su confianza, Matías Kulfas. El Presidente le pidió la renuncia luego de sus declaraciones en off, en las que acusó a funcionarios del entorno de la vicepresidenta de beneficiar a Techint con las licitaciones del gasoducto Néstor Kirchner.
La elección para sucederlo pareció ser bien recibida por funcionarios de gobierno que reconocen en Scioli a un “hombre de gestión y personalidad”. Al que Alberto Fernández no tuvo en cuenta fue al titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, de pésima relación con Scioli.
Lo sucedido ese sábado adquiere distintas dinámicas dependiendo a quien se escuche. Desde las cercanías del líder del Frente Renovador revelaron que el jefe de Estado le propuso el puesto a Massa y que este lo rechazó por considerarlo un “puesto menor” al que ya ejerce.
En cambio, desde el círculo del ex embajador desmienten que Scioli haya sido la tercera opción y señalan que el presidente de la Cámara de diputados visitó la quinta de Olivos ese sábado, para pedir que pongan a José Ignacio de Mendiguren en el cargo, “y se enojó cuando ofrecieron a Daniel (Scioli)”. Desde el massismo refutan la versión y niegan haber pedido el lugar para de Mendiguren.
La realidad es que la tensión entre ambos dirigentes oficialistas data de la emancipación de Massa con el kirchnerismo, en 2013, y las promesas de seguimiento de Daniel Scioli que, a pesar de sus amagues, resolvió continuar -incómodo- bajo el manto protector de la fuerza liderada por la ex presidenta.
A esto se le sumó el robo a a la residencia de Massa y Malena Galmarini en el barrio cerrado Isla del Sol, que le valió el enojo de la familia y varias acusaciones a funcionarios del momento, entre ellos la ex mandataria y el entonces gobernador de la Provincia. De hecho, años después, en el marco del balotaje en 2015, entre Scioli y Macri Galmarini declaró: “Puede ser peor que Cristina, Daniel Scioli, no lo votaría, es dañino para la Argentina”.
Lo cierto es que el titular de Diputados acompañó al mandatario a Los Ángeles, en el marco de su participación en la Cumbre de las Américas, lo que ayudó a bajar la tensión, y le dio lugar a insistir en su idea de oxigenar el gabinete. “No habla de nombres, sino de políticas”, sumaron fuentes oficiales que respaldan el pedido.
A su parte, el flamante ministro de Producción se encuentra a la espera de la asunción formal para desempeñar sus tareas en el edificio ubicado en Diagonal Sur, al que ya ordenó la puesta en pie una sala de comunicación para dar a conocer las actividades de la cartera.
Hasta el momento, el diálogo entre el exembajador argentino en Brasil y el titular de la Cámara de Diputados era nulo, ya que sus cargos no obligaban a cruzar palabras, pero con el reordenamiento las cosas cambiaron. No solo deberán limar asperezas para el buen funcionamiento del Gobierno sino que podrán medirse más de cerca por la pelea final, la lucha por 2023.