El director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el argentino Manuel Otero, afirmó que los sistemas agroalimentarios de las Américas “no son fallidos” y que “la región está llamada a ser garante de la seguridad alimentaria” del planeta.
Otero dialogó con Télam en la previa de la precumbre de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, que se desarrollará a partir de este lunes en Roma, Italia, y que se extenderá hasta el miércoles 28 de julio.
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) -creado en 1942- es el organismo especializado en agricultura del Sistema Interamericano que apoya los esfuerzos de los 34 Estados miembros para lograr el desarrollo agrícola y el bienestar rural.
El director general del IICA sostuvo que los países del continente, que llevarán una posición conjunta a la precumbre de Roma que consta de 16 puntos, están “en un proceso de transformación muy fuerte” y consideró que el sector primario está “débilmente representado” en esta discusión.A continuación los principales tramos del reportaje con Télam:
-Otero, en la precumbre de Sistemas Alimentarios, ¿qué discusiones se van a dar? ¿Qué temas van a plantear los países de la región?
-La precumbre la vemos como un ámbito multilateral que seguramente va a ser caja de resonancia para debatir los caminos que van a a transitar los sistemas alimentarios. Consideramos que nuestros sistemas agroalimentarios no son fallidos. Segundo, consideramos que las transformaciones que están ocurriendo en nuestros sistemas están buscando nuevas alianzas o más fuertes entre la producción y el medio ambiente. También que lo que se viene es una agricultura intensiva en conocimiento, en donde hay que hacer una intensificación productiva responsable, sostenible. Tenemos que prestar más atención a los temas nutricionales, a la inclusión social. Nuestro continente está ya en un proceso de transformación muy fuerte. Es necesario acelerar ese paso para los sistemas agroalimentarios que cada vez tienen que ser mas sostenibles, prestar más atención a los consumidores y a la inclusión de los pequeños agricultores.
-¿Lo que se va a plantear en la cumbre es una discusión hacia el modelo productivo de los grandes productores de alimentos, como son los países americanos?
-En primer lugar, la declaración que se vaya a discutir y finalmente aprobar en ocasión de la cumbre no es vinculante. Lo que sí nos parece es que se dará un debate que va a tener un momento culminante en la cumbre pero que va a continuar; nosotros estamos dispuestos a participar activamente en ese debate sabiendo primero que no hay nada que esconder, sino que hay muchas cosas buenas para mostrar. Y como está planteando en uno de los 16 mensajes -en el documento que unifica la posición de los países americanos ante la cumbre-, partimos de la base de que nuestro continente representa el 30% del comercio internacional (de alimentos) y genera casi un 20% de los empleos globales.
Los países de la región estamos llamados a ser los garantes de la seguridad alimentaria, nutricional y de la sostenibilidad ambiental del planeta. Nos queremos posicionar como lo que somos: una región muy importante en lo productivo, pero sobre todo, exportadora neta de alimentos.
-¿Los productores y los países productores tienen la voz y el lugar que les corresponde por su importancia en las discusiones de los sistemas alimentarios?
-Creemos que no, que está muy débilmente representado y, por lo tanto, nos parece que es una falla en este proceso, porque cuando arrancó en junio de 2020 se nos dijo: “esta es una cumbre de todos, para la acción y donde nadie puede quedar atrás y nadie afuera” y acá vemos que los productores están muy débilmente representados. El IICA considera que estos deben ser el centro de todos los debates porque no hay posibilidad de generar alimentos abundantes, nutritivos y sanos sin producción agropecuaria.
-La ganadería fue acusada en los últimos tiempos de ser un sector muy contaminante, ¿Por qué? ¿Qué posición tiene la región?
-Los países insisten en que el sector agropecuario es parte de la solución y no del problema. No aceptamos que un sector en particular, en este caso la ganadería, sea puesta en el banquillo de los acusados como si fuera responsable de todos los problemas que afectan a la humanidad.
En parte, esta visión pesimista de la ganadería arranca con un documento generado a nivel multilateral en 2013 donde solo se vio la responsabilidad que tiene la actividad en la emisión de gases de efecto invernadero, pero lo que no se midió es que cuando uno coloca al bovino sobre una pastura, si bien es cierto que emite gases, lo que hace es secuestrar carbono. Un sistema ganadero bien manejado emite gases pero al mismo tiempo crea las condiciones para secuestrar carbono. Estudios realizados en Argentina demuestran que nuestros sistemas productivos en realidad, en lugar de tener un débito en nuestra huella de carbono, tienen un crédito, porque secuestran en una proporción de 10 a 1, lo quiere decir que retienen 10 veces más carbono que lo que se libera al ambiente. Esto se repite para los países del Mercosur.
-¿Cuenta la región con las mediciones necesarias para respaldar sus posiciones?
-El punto es que nuestras instituciones nacionales de ciencia y tecnología, y en esto el IICA está trabajando mucho, deben fortalecer sus investigaciones, publicar en la revistas prestigiosas internacionales e ir a los foros a defender nuestra causa. A nivel regional tenemos un mecanismo que se llama Prosisur, donde está el INTA y las instituciones pares de Brasil y Uruguay, donde tenemos que seguir apoyando estas investigaciones para neutralizar las acusaciones que sin suficientes datos nos hacen desde otras latitudes.