El fuerte y generalizado repunte que tuvieron los mercados de commodities en las últimas semanas llevó a algunos analistas a tener mayores expectativas de que se haya iniciado un “súperciclo” mientras se aceleran las grandes economías globales.
La sólida demanda proveniente de China, el auge del gasto público en programas de recuperación pos pandemia y las apuestas por la “ecologización” de la economía mundial elevaron el precio de muchas materias primas importantes.
El mineral de hierro, componente clave para fabricar acero, el paladio, utilizado por los fabricantes de autos para limitar las emisiones nocivas, y la madera alcanzaron máximos históricos la semana pasada.
“No sé si hemos visto algo así antes”, dijo Ulf Larsson, CEO de la empresa sueca de celulosa y madera SCA, quien anunció el viernes que la ganancia neta del primer trimestre fue 66% superior. “Estamos en una especie de tormenta perfecta”.
Al mismo tiempo, el cobre, el metal industrial más importante del mundo, cotizó por encima de los u$s 10.000 por primera vez desde 2011, mientras que la soja alcanzó un máximo de ocho años. El índice S&P GSCI spot, que sigue la evolución de los precios de 24 materias primas, registró un alza de 24% este año.
La rápida reactivación económica de Europa y China -este último es el mayor consumidor mundial de materias primas-, y las señales de que es marcada la recuperación en Estados Unidos -donde el mercado inmobiliario está en auge- elevaron expectativas de demanda.
Las interrupciones de la cadena de suministro relacionadas con el Covid-19 y los bajos inventarios de algunas materias primas echaron más leña al fuego, aseguran los analistas.
Las predicciones de algunos operadores, analistas y ejecutivos sobre la llegada de un nuevo súperciclo -un período prolongado de precios altos, mientras la demanda supera a la oferta- atraen a los inversores.
Saad Rahim, economista jefe de Trafigura, una de las mayores comercializadoras independientes de commodities, dijo que el vasto programa de gasto de estímulo aplicado por EE.UU. ayuda a crear expectativas de que aumente la demanda de materias primas en la economía más grande del mundo.