Rusia llamó a su embajador en Estados Unidos para que regrese a Moscú para realizar consultas sobre el futuro de los lazos entre Estados Unidos y Rusia después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, dijera que Vladimir Putin “pagaría un precio” por la supuesta intromisión en las elecciones.

Biden hizo sus comentarios después de que un informe de los servicios de inteligencia estadounidenses respaldara las antiguas acusaciones de que Putin estaba detrás de la injerencia electoral de Moscú en Estados Unidos, una acusación que Rusia calificó de infundada.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso dijo en un comunicado que había llamado a su embajador, Anatoly Antonov, de vuelta a Moscú para discutir el futuro de la relación de Rusia con Estados Unidos. La medida fue diseñada para asegurar que los lazos bilaterales no se degraden irremediablemente, dijo.

“Lo principal para nosotros es determinar las formas de rectificar las difíciles relaciones ruso-estadounidenses que Washington ha llevado a un callejón sin salida en los últimos años”, dijo la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, en un comunicado publicado en su página web.

“Estamos interesados en evitar su degradación irreversible si los estadounidenses reconocen los riesgos que conlleva”.

Poco después de la difusión de la entrevista, el Kremlin salió a rechazar las  afirmaciones sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses de 2020, diciendo que son infundadas y lamentables. Además, apuntó que son sólo un pretexto más para imponer sanciones adicionales.

“Consideramos que este informe es incorrecto… es absolutamente infundado y no tiene fundamento“, citó la agencia TASS al portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.