En cuanto al déficit fiscal primario proyectado, sostuvo que deberá ser “lo suficientemente grande como para poder tener la capacidad de impulsar la economía, pero también que estar contenido en función de cuál es la capacidad de financiar lo que tenemos”.
“Apuntamos un déficit fiscal primario de alrededor del 4,5% del producto”, afirmó el ministro en un acto de presentación de los resultados de la reestructuración de la deuda en el Museo del Bicentenario, encabezado por el presidente Alberto Fernández.
Se trata de la primera proyección oficiales sobre el gasto que hará el Estado para el año entrante, junto con el anuncio de la reestrucutración del 99% de la deuda en moneda extranjera con acreedores, lo cual despejará pagos por u$s37.700 millones en los próximos 10 años.
A poco de conocerse la información, Federico Furiase, economista y director del estudio Eco Go, aseguró que el 99% de adhesión al canje resulta en “un perfil de vencimientos con el sector privado muy liviano hasta 2025”, lo cual “deja aire para hacer una consolidación fiscal viable, en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo”.
Asimismo, aseguró que “la señal de déficit de 4,5% (para) 2021 mete ruido al mercado, pero no debe sorprender viniendo de 7%, con pandemia y año electoral”, aunque pidió esperar para “ver el número del presupuesto” y “lo que se termine negociando con FMI y sobre todo el sendero fiscal proyectado a 2023”.
Por su parte, el economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, analizó que el déficit de de 4,5% del PBI para 2021 es “similar al porcentaje de 2016 (-4,4%) y 2,5 puntos porcentuales menos que este año (-7%)”.
“Es un número alto, pero que inevitablemente implicará algo de ajuste en un año electoral. Pasada la buena noticia del canje, vuelve la realidad”, aseguró en un mensaje de su cuenta de Twitter.
Asimismo, Fernando Marengo, economista jefe de la consultora Arriazu Macroanalistas, celebró la “amplia aceptación del canje de deuda” y el “horizonte de vencimientos privados despejado”, pero aseguró que el déficit proyectado resulta “poco ambicioso dado que gran parte del ‘ajuste’ se daría por estabilizadores automáticos pospandemia y aceleración de inflación”.