El director de Operaciones de ‘mAbxience’, Lucas Filgueira Risso dio detalles en una entrevista para la agencia Telam sobre el acuerdo para producir el principio activo de la vacuna contra la Covid-19, desarrollada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca.

Allí trabajan 160 personas, afirmó a Télam Filgueira Risso, quien destacó el valor de los recursos humanos y la infraestructura en equipamientos y tecnológica de la planta.

¿Cómo fue el proceso para arribar a un acuerdo con AstraZeneca?, consultó Télam.

“Esta planta, que fue inaugurada en febrero de este año, tiene capacidad porque producimos productos como anticuerpos monoclonales biosimilares. Tenemos muy buena tecnología y los laboratorios y salas están diseñadas de forma divisible. Eso permite adaptar los espacios rápidamente a las necesidades para este producto”, explicó este director operativo de tan solo 45 años.

También explicó una ventaja comparativa que cree que valoraron los directivos de AstraZeneca: “la tecnología que usamos es ‘de un solo uso’. Esto significa que cada tanque o biorreactor donde hacemos los procesos tiene una bolsa plástica adentro, que se tira y se pone una nueva cuando termina cada etapa”.

 

Filgueira Risso explicó que “hace que rápidamente se pueda terminar un lote y empezar otro sin tener que cumplir protocolos y cuidados en la limpieza que en la industria farmacéutica son muy importantes y requieren tiempo, dinero e insumos. Esto nos permite trabajar más rápido y evitar perder una semana en limpiar un tanque” ejemplificó y consideró que puede haber sido un tema “que ayudó” a que los “hayan elegido”.

Es por esa “capacidad productiva que tenemos que pudimos acceder a ser los fabricantes del principio activo de la vacuna, cosa que nos llega de orgullo por poder trabajar con AstraZeneca y por poder demostrar que nuestra gente es extraordinaria y tiene la capacidad, el entusiasmo y las ganas de meterse en este proyecto”.

Esos profesionales de los que habla Filgueira Risso fueron considerados como una continuidad natural de una destacada “tradición científica técnológica argentina”.

“La era millenial es como el 70% de la planta, la mayoría es proveniente de universidades públicas como la UBA, UNSAM o Quilmes”, agregó, y destacó que el promedio de edad de los científicos está en los 34 años y hay un equilibrio perfecto del 50% de mujeres y el 50% de hombres.

“Son todos muy jóvenes, hay chicos recién recibidos, hay pasantes, tenemos gente recién salida de la universidad o que está en los últimos años. Muchos jóvenes entre 25 y 35 años”, especificó.

“Muchas de las personas que trabajan aquí provienen del sistema público, eso hace que la formación profesional haya sido fundamental para que nos hayan elegido, además de la capacidad del laboratorio”, agregó.

Esta combinación de capacidad tecnológica disponible y la calidad de los recursos humanos hicieron, que “se fijaran en nosotros cuando pensaron en Latinoamérica”, explicó Filgueira Risso.

Respecto a su empresa afirmó que “los inversores y el doctor Hugo Sigman, titular del Grupo Insud, están satisfechos de poder colaborar a nivel Latinoamérica con el laboratorio Liomont que completará el proceso de formulación y acabado” de la vacuna.

T: ¿En qué consiste el principio activo que se producirá en esta planta para la vacuna contra el coronavirus?
F.R.: Es una partícula viral, un virus vivo que tiene la capacidad de infectar a una célula. Eso es lo que se producirá en esta planta. Lo que va a haber en el frasquito de la jeringa es una cantidad de partículas virales que están puras. Esa generación de partículas virales se hará en esta planta, donde se cultivará una célula sensible a ese virus en un biorreactor, en este caso son de 2.000 litros. Se la inoculará con virus para que ese virus comience a reproducirse en esa célula y generar, así, muchos millones de partículas virales.

Cuando eso sucede, esas partículas se purifican y así se obtiene un granel de gran cantidad de partículas virales puras. Eso se congela, y eso es el principio activo, el granel de lo que va a ser la (futura) vacuna.

Así congelado se envía a México y en los laboratorios Liomont se acondicionará la formulación, definen qué excipiente va a tener, en qué volumen va a estar, la alusión (referencia) correcta y se hace un llenado aséptico en las dosis unitarias con la cantidad, que en general es de 0,5 mm, que es lo que se va a terminar aplicando a los pacientes como dosis de la vacuna.

T: ¿Cuál es la producción que podrán abarcar?
F.R.: La capacidad instalada de la planta nos permite obtener unos 25 millones de dosis por mes, pero estamos iniciando la compra de dos biorreactores nuevos para el espacio de cultivo celular de manera de poder duplicar nuestra capacidad y pasar a 50 millones de dosis mensuales.

Al respecto, ayer, el presidente Alberto Fernández confirmó que Argentina producirá, inicialmente, 150 millones de dosis de la sustancia activa para fabricar la potencial vacuna contra el coronavirus.

Y agregó que se espera producir para América Latina (sin Brasil porque tiene acuerdo particular) “un piso de 150 millones de dosis (de vacunas) y un techo 250 millones, calculando que se va a necesitar 230 millones de dosis”.

A pesar de esto, todos son conscientes que la inversión, aún, es a riesgo porque aún se está en la Fase 3 de la investigación.

“Es un paso que damos a riesgo sobre una base muy fuerte que es la Fase 2, que arrojó un 91% de efectividad en la primera dosis (de la prueba) y un 100% en la segunda”, explicó Filgueira Risso.

Y consideró que lo hacen porque “la vacuna, en Fase 2, fue altamente efectiva. Todo hace pensar que la Fase 3 va a dar los mismos o similares resultados”.

El funcionario de ‘mAbxience’ recordó que la Fase 3 se ejecuta “en más de 10.000 voluntarios, y esperamos que no haya sorpresas en este sentido. Eso nos permite, si bien avanzar a riesgo, pero hay un fundamento para dar este paso de iniciar la producción con cierta confianza”, consideró.

Al hacer el anuncio en la residencia de Olivos, Alberto Fernández consideró que el precio de la vacuna oscilará entre los 3 y 4 dólares, importe “que permitirá a todos los países de América Latina acceder a ella”, concluyó.