El ex Presidente del Gobierno de España mantuvo un diálogo con la presidenta de Télam, Bernarda Llorente, respecto al rol del Estado y cómo visualiza un mundo post pandemia. La nota completa, disponible este miércoles.
Cuando usted se refiere a una sociedad más solidaria, ¿podemos proyectar un replanteo der rol del Estado en términos mundiales? ¿O el mundo puede tender a opciones de mayor individualismo como salida de la crisis?
El Estado debe tener instituciones públicas sólidas, fuertes, para proveer la salud, para proveer la educación, para proveer la política de atención social. Esto es lo que permite que una sociedad camine a un ritmo similar, y no con esas brechas de injusticias y de parálisis. Hemos estado viendo cómo en este tiempo de paralización de la economía como consecuencia de la pandemia, la mayoría de las empresas y de los economistas han pedido la intervención del Estado. Y estamos viendo cómo los gobiernos en Europa están ayudando a empresas, están dando financiación a empresas o están interviniendo empresas. Por lo tanto siempre el ataque al Estado esconde una ideología. Por supuesto que el Estado debe tener reglas, tiene que permitir que la economía funcione, claro, es evidente. Pero lo que no puede ser, lo que siempre acaba en el desastre, es ese ataque continuo a lo público. ¿Quién está haciendo esa tarea heroica para luchar contra el coronavirus y salvar vidas? Los empleados públicos, nuestros sanitarios, los policías, los que hacen atención social. Esos empleados públicos deben estar reconocidos, deben estar bien retribuidos, y eso sólo lo puede hacer un Estado fuerte, sólido, con capacidad. Y para eso es evidente que tenemos que tener un sistema fiscal justo, un sistema fiscal justo es en última instancia la garantía. Y ojalá pensando un poco en lo que está pasando en Europa, trasladándolo a lo que está pasando en Latinoamérica ojalá viéramos consolidar y fortalecer de integración regional, de unión regional.
Usted mencionaba la intervención del Estado en la Unión Europea. Acá en la Argentina se tomaron medidas concretas de ayuda. Una de las últimas que tomó el Gobierno fue hacerse cargo de Vicentin, una empresa con una gran deuda que sobretodo habia puesto en riesgo a muchisimos trabajadores. Sin embargo hay muchos que ven en cualquier intervención del Estado una amenaza a la libertad.
En Europa hay gobiernos que están interviniendo empresas, gobiernos que no tienen un sesgo ideológico de izquierda como el alemán”
Hay dos cosas que son muy claras. En Europa hay gobiernos que están interviniendo empresas, grandes compañías aéreas, gobiernos que no tienen un sesgo ideológico de izquierda como el alemán, por ejemplo, que ha intervenido una compañía aérea. Las propias instituciones europeas han reconocido la posibilidad de hacer estas intervenciones de carácter extraordinario. Es lo que le ha permitido al presidente Alberto Fernández, que me merece toda la confianza, todo el respeto, todo el apoyo por lo que lo conozco desde hace años. Y además es bueno que los argentinos sean conscientes de que Alberto Fernández, su presidente, goza de un gran respeto y credibilidad en la comunidad internacional, que se lo ha ganado en muy poco tiempo. Esto es muy importante para Argentina, más allá del color político que tengan. Quiere decir que esto es cambiante, pero su figura personal y su gobierno goza de esa confianza y esto es muy importante para salir de las dificultades serias que Argentina tiene, como todos somos muy conscientes.
Debe haber una salida solidaria y extraordinaria de esta crisis generada por una pandemia que era imprevisible”
Además en este caso debería ser más claro aún porque esta no es una crisis de origen político, ni económico, ni social, es una crisis fruto de un shock externo, por una pandemia que era imprevisible, que sorprendió al mundo, que nos puso en una situación inédita, con 4 mil millones de personas confinadas y las economías paralizadas. Por tanto, debe haber una salida solidaria y extraordinaria, y hay que tener una gran confianza en el sentido de la responsabilidad de los gobiernos que tienen que afrontar esta dificilísima situación. ¿Por qué digo esto? Porque es muy bueno que en los países existan consensos, exista unidad ante una crisis tan grave y tan poco política, donde por tanto las políticas ideológicas deberían estar en un segundo plano. Vale para Argentina, también vale para mi país, obviamente.