Casi cinco meses después de su irrupción en China, a finales de 2019, el coronavirus que llevó al confinamiento a más de la mitad de la humanidad y paralizó la economía mundial parece estar bajo control en varios países de Europa, aunque en plena expansión en otros, en particular en América.
Pero el fantasma de un rebrote de la enfermedad, y quizás hasta un tercero, mencionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), planea por todas partes.
En Alemania, otro Estado considerado ejemplar ante la crisis de coronavirus, se está superando el tope fijado de 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en tres cantones.
En este país, donde la Bundesliga se reanudará a puerta cerrada en los próximos días, bares y restaurantes pudieron abrir el sábado en el Estado de Mecklembur-Pomerania, a orillas del mar Báltico.
Pero nada es como antes. “Nuestros empleados tienen que llevar un barbijo y nuestros clientes respetar la distancia social”, señala Thomas Hildebrand, restaurador en Schwerin.
A partir del lunes, en España, uno de los países más golpeados por la pandemia de coronavirus con más de 26.600 decesos, la mitad de sus 47 millones de habitantes entran en la fase 1 del período de desconfinamiento, lo que les permitirá reunirse con grupos de hasta diez personas, quedar en terrazas con aforo limitado o acudir a comercios sin tener que pedir cita previa.
Las zonas más afectadas, como Madrid y Barcelona, tendrán que esperar a que la situación sanitaria mejore para poder cruzar esta etapa, entre llamados a la “prudencia” del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ya que el coronavirus sigue “al acecho”.
En el resto de España, también se deberá fijar una franja horaria para mayores de 65 años. Asimismo, podrán abrir centros culturales, museos y bibliotecas.
En Francia, el desconfinamiento también será por regiones “verdes” o “rojas” y en París, las autoridades piden máximo rigor para respetar las consignas sanitarias. Está prevista la reapertura parcial de las escuelas, una medida que suscita preocupación en las familias.
Para Gaëlle Cathou, que como miles de personas decidió irse de la capital francesa cuando se impusieron las restricciones por el coronavirus, llegó la hora de regresar a París. “Estoy contenta de volver a mi casa, a mis rutinas”, pero “tengo un poco de miedo, porque será una nueva vida”, explica.
Con 80 muertos registrados en las últimas 24 horas, Francia tuvo este sábado -última actualización oficial de fallecidos- su balance diario de decesos más bajo desde principios de abril.
En Reino Unido, el primer ministro Boris Johnson presentará este domingo el dispositivo de desconfinamiento progresivo en el país, que con más de 31.500 fallecidos, es el más golpeado de Europa y el segundo del mundo tras Estados Unidos.
Johnson, duramente criticado por su inacción inicial y por decidir el confinamiento más tarde que sus grandes vecinos europeos, se convirtió en un acérrimo defensor de la prudencia, después de que su propia vida corriera peligro por contagiarse de coronavirus.
“Tienes muy pocas opciones en la subida, pero es en la bajada donde tienes que asegurarte de no correr demasiado rápido, perder el control y tropezar”, dijo al diario Sun On Sunday.
Entre las medidas que se barajan está el aislamiento de 14 días para las personas que entren a Reino Unido, excepto las procedente de Irlanda.
Las cifras también son galopantes en Rusia, que este domingo superó los 200.000 casos, con un elevado número diario de contagios que puede llevarlo la próxima semana a ser el país de Europa más afectado.
En total, más de cuatro millones de personas en todo el mundo están contagiadas con coronavirus, según un recuento de la AFP basado en fuentes oficiales.