Para la firma Ecolatina, el “golpe a la oferta” es más complejo de lo que podría estimarse a priori. Eso es así porque los servicios “no esenciales” no podrán operar en los días que dure la medida de excepción. La economía “esencial” también se deteriorará, por un lado por los servicios que de todas maneras pierden gran parte de su actividad aunque puedan funcionar (combustibles), y por otro operan con grandes restricciones aun cuando puedan abrir sus puertas.
Sin embargo, el shock no terminará con la cuarentena. En primer lugar, varias familias cuyos ingresos provienen de la actividad cuentapropista y/o la economía informal que verán restringidas sus posibilidades de consumo, producto de la caída de ingresos que les produce la cuarentena. En igual sentido, muchas personas tendrán miedo a perder el empleo o a enfermarse, lo que las llevará a tener un ahorro precautorio, reduciendo aún más la demanda general en el corto plazo.
“Se trata de un círculo vicioso de menos demanda, menos empleo, más temor y otra vez menos demanda, profundizando el ciclo negativo”, sostienen en Ecolatina.
Es que a diferencia de lo que ocurre en otros países donde al desplome de la demanda del sector privado se lo combatió con políticas contracíclicas (política fiscal, monetaria o de ingresos), en la Argentina, con déficit fiscal -primario y financiero- y un sector público tratando de reestructurar su deuda para evitar el default, la principal fuente de financiamiento de una política expansiva es la emisión.
“La frágil situación social y la recesión que atravesamos desde 2018, sumado a una cadena de pagos en constante tensión y una elevada porción de la economía en el sector informal que quedará casi sin ingresos frente al cese de actividades “no esenciales”, llevaron al gobierno a adoptar ciertas políticas expansivas, aun consciente de las fragilidades antes destacadas”, sostuvo el informe.
El Gobierno viene de anunciar un plan que costará “solo” 2% del PBI, de los cuales 1 p.p. se financiará con emisión y el punto restante, que serán préstamos a tasas bajas para adquirir capital de trabajo, se solventará con liberación de encajes de los bancos comerciales.
Para las consultoras, la respuesta oficial solo buscará atenuar la caída de la actividad, mas no revertirla, quedando muy lejos de los planes de los países desarrollados.
La dinámica del efecto de la cuarentena y las medidas de aislamiento sobre la actividad económica y el empleo es potencialmente explosiva. Analytica hace un ejercicio: supone un 10% de los 5,5 millones del grupo de “alto riesgo” que pierda su actividad principal y busque activamente un nuevo puesto de trabajo (esto es, que sea registrado como tal por las estadísticas del Indec), la tasa de desempleo aumentaría 3 puntos porcentuales. Teniendo en cuenta las últimas cifras conocidas, esto significaría un aumento del 8,9 al 13% en la tasa de desocupación.