El decreto firmado por Macri en agosto (luego de las PASO) establecía que por noventa días corridos, el precio de la nafta se determinara aplicando un tipo de cambio de referencia de $45,19 por dólar y un precio de referencia Brent de u$s 59 por barril. Pero la devaluación obligó a que, en medio del congelamiento, se permitieran dos subas: una fue a mediados de septiembre y la otra el 1° de noviembre (después de las elecciones) que buscaban, además, hacer frente al desabastecimiento que afectaba a diferentes estaciones de las denominadas sin bandera.
Según los datos que difundió la secretaría de Energía a fines de octubre, el congelamiento de los precios de combustibles contribuyó a frenar la caída en las ventas: en septiembre, el despacho creció un 4,9% frente al mismo mes de 2018. “El congelamiento aplicado desde mediados de agosto, si bien no incentivó un mayor consumo, al menos estaría contribuyendo a frenar la caída que sucedía mes a mes previo al DNU”, destacaron desde CECHA, que reúne a más de 4.800 estaciones de servicio de todo el país.